jueves, 28 de noviembre de 2013

Cínicos de profesión y por convicción

Miguel Yilales
@yilales
Hace mucho tiempo atrás vivió un filósofo famoso por sus excentricidades y porque permanentemente cuestionaba las prácticas ostentosas y los vicios de la sociedad.
Diógenes, que es a quien me refiero, en una oportunidad salió con una lámpara a recorrer las calles de Atenas para buscar un hombre honesto que nunca halló, porque nadie entendía que la felicidad estaba en las cosas sencillas, que en la naturaleza del hombre estaban todos los elementos para ser feliz y que en lo externo solo se encontraba la desdicha demostrada por la opulencia y la preocupación por lo material.
En estos tiempos que corren, donde lo más importante son las compras nerviosas de bienes innecesarios, a Diógenes también se le hubiese consumido el aceite de la lámpara, buscando un ser de otra galaxia.
Cuando la revolución llegó al poder trajo la alforja llena de buenas intenciones, con votos de pobreza y humildad, saliendo de todo lo superfluo para comprar todo lo superfluo, todos unos descocados que entendieron el cinismo con sus otras acepciones: impúdicos, procaces, desvergonzados y descarados.
Es que si en algo se han destacado en estos lustros, es en hacer lo contrario a lo que profesan.

Leales a la proclama y al ventajismo electoral

Recientemente el arbitro electoral, que exige respeto porque siempre ha demostrado “honestidad e imparcialidad”, dijo que le parecía normal que se escogiese la misma fecha de un proceso electoral, para ser leales, no a la democracia, sino a una supuesta última proclama de un inmortal que feneció, pero que se sigue comunicando a través de apariciones, reencarnaciones, transmutaciones y pare usted de contar, con lo cual aquella no sería su última perorata.
Si hiciésemos una encuesta, para usar un método de investigación, sobre la fecha en que el Libertador dictó su última proclama, de seguro nos percataríamos que solo los historiadores conocen a ciencia cierta cuándo ocurrió y cuál fue su mensaje.
Es que Juan Vicente Gómez, que pudiendo ser ignorante e iletrado como le catalogaban sus detractores sabía más de historia que estos seudobolivarianos, por lo que hizo coincidir la fecha de ese mensaje de unidad con la inauguración de la Fuerza Aérea y así mataba dos pájaros, no de los que revolotean en iglesias, de un mismo tiro.
Es que para los cínicos chaviduroburgueses, incluyendo a los poderes dependientes que hacen vida en el país, el grosero ventajismo electoral debe ser investigado una vez se cumpla el proceso, es decir con los ojos afuera y clamando por Santa Lucía.

A falta de trabajo, buscan que hacer

Por otra parte nuestros parlamentarios, que se quedaron sin el trabajo para el cual los contratamos cuando habilitaron al intérprete del mensaje divino, se van a dedicar a interpelar, es decir a desplumar, a todo aquel que les parezca.
Por esa vía han decidido llevar a la picota por instigar a delinquir al “ídolo de una generación”, alias con el que se conoce a un peligroso facineroso, con lo cual demuestran que no hay intocables y que caerá el que deba caer, así tengan que resucitar los casos que la justicia prechavista no juzgó.
Es que reviste de mucha gravedad que alguien de manera explícita ande amenazando con que va tirar a otro contra la pared y va a arrancarle la ropa, en especial cuando se están tomando medidas para que el consumo de bienes, no de somníferos aunque parezca que dormitamos como sociedad, nos haga supremamente felices.
Este es un tema que la Honorable Asamblea Nacional, único Parlamento que no parlamenta, debe atender con prontitud como lo hizo el Chico Superpoderoso, no obstante tener que legislar, dizque gobernar, inaugurar obras ya inauguradas, recibir serenatas y corear a todo pulmón “te pareces tanto a mi”.
Y si eso no fuese suficiente trabajo, debieran velar porque a su seno no lleguen personas equivocadas, que sean capaces de creer que tienen una alba epidermis por el partido en que militaron, y que reniegen de ser “afrodescendientes”, como se lo increparon a la diputada Rosaura Sanz, cuando debiera estar de la mano de los que han reivindicado la africanidad: el partido en el que militan Diosdado, Roy Chaderton, Rafael Ramírez y Nicolás, descendientes directos de Andresote, Pedro Camejo, José Leonardo Chirino y hasta de Kunta Kinte.
Es que con estos cínicos lo que provoca es tener la lámpara de Diógenes, no para iluminarnos en la búsqueda de un hombre honesto, si no para caerles a lamparazos por deshonestos.
Llueve… pero escampa

jueves, 21 de noviembre de 2013

El zar Nicolás y el Rasputín de El Furrial

Miguel Yilales
@yilales
Todavía hay quienes dicen que la Unión Soviética surgió como sucesora del Imperio Ruso, sin embargo hubo un período de cinco años entre el último gobierno de los zares en 1917 y la instauración de la URSS.
No es sino hasta 1922 que se crea la Unión de Repúblicas Socialistas Soviética, con un sistema político de partido único, dominado por un partido único, bajo un gobierno nacional único con total concentración de poder y poderes públicos sumisos, enmarcado en una economía altamente centralizada, que le permitió subsistir 69 años hasta su desmoronamiento total.
De esa época hay dos personajes que van a marcar los cursos a seguir en la historia: el zar Nicolás II y su familia, a la postre elevado al santoral por la Iglesia Católica Ortodoxa rusa, y el inefable Grigori Rasputín.
A Nicolás le propusieron que se apegara a la constitución y aceptara las bondades del sistema de separación de poderes, al estilo de Gran Bretaña, pero la intolerancia de los que se creen invencibles y eternos y el deseo de aferrarse al poder absoluto, no le permitió visualizar la necesidad de los cambios.

¿De Nicolás II a Nicolás el único?

El último zar, que como el de aquí también se llamaba Nicolás (no porque el nuestro se comporte con poses imperiales, zaristas o monárquicas, sino por la coincidencia de nombre), tuteló el imperio ruso hasta su dimisión en marzo de 1917 y acabó sus días fusilado junto a toda su familia, por esa misma turba que en algún momento lo vitoreó.
Con una política interior que siguió la línea autocrática de su antecesor, como las de todos los que heredan cargos sin estar preparados para ello, hizo surgir importantes núcleos de disidencias en el pueblo que devino en agitación social, sumado al fracaso de unas fuerzas armadas mal entrenados, con militares obesos, burocráticos e inexpertos y la escasez de alimentos en las ciudades principales, fueron el caldo de cultivo perfecto para la caída de Nicolás.
Nicolás tenía el poder, concentraba el poder, acumulaba funciones y sin embargo salió expulsado de las funciones para las que, según el mismo confesaba, no estaba preparado, ya que las asumió ante la repentina muerte de su padre (por una enfermedad que aun no se demuestra haya sido inoculada).
En esa época hubo otro personaje que asesoraba a la zarina Alejandra y que sus recomendaciones aceleraron el proceso de deterioro del imperio. Era un místico, con los ojos azules y una mirada fija y penetrante que hizo que la zarina cayera obnubilada por sus influencias (aunque no hay evidencias de que el zar o la zarina lo llamaran “ojos lindos”); también poseía un verbo fácil y calculadamente ambiguo, con alta capacidad manipulativa basado, además de su físico y en su intuición, en su conocimiento de las Escrituras y en cierta tradición religiosa rusa que seguía las prácticas lascivas, lujuriosas y orgiásticas eran el camino dado a Dios, que no es lo mismo que a Dios dado.

El Rasputín y el Zar

En nuestro país hay un personaje “furrialero y full realero”, por su gentilicio y por lo acumulado, manipulador, de fácil verbo para insultar, ambiguo en sus posiciones, con unos ojos lindos como lo piropeara y lisonjeara un recio y eterno, aunque desaparecido, llanero, que se ha dedicado a doblegar mediante la compra de conciencias y que asesora al poder. Una especie de Rasputín criollo.
Luego de mucho torcer voluntades, en la Duma criolla, el Rasputín venezolano, aunque el original asesoraba a la zarina y no sabemos si este asesora a la zarinbatiente, logró en una de sus escapadas gallísticas, no por lo de las peleas de gallos por las que, de existir prueba fotográfica prometió renunciar, sino por los gallos y medianoche con que sancionan las leyes en este país, aprobó y entregó a Nicolás todos los poderes para que dicte leyes, es decir para que asuma los poderes especiales que lo conviertan en un Zar Tropical, con lo cual puede pedir que lo traten como su Majestad Imperial y decretar “Por la Gracia del Señor Emperador y Autócrata de toda la Rusia”, perdón de Venezuela, y listo.
Es que a ellos, Nicolás y Rasputín (los de antes y los de ahora) les obsesiona el poder absoluto. No entienden de equilibrio de poderes. Necesitan tener a sus pies a toda la sociedad y no se percatan, porque la ignorancia no tiene límites, que asfixian y truncan toda posibilidad de convivencia. Los hechos históricos no se repiten, pero si los paralelismo de las situaciones.
Llueve… pero escampa

jueves, 14 de noviembre de 2013

Las rebatiñas de Nicolás

Miguel Yilales
@yilales
Cuando la antigua Roma se convirtió al cristianismo debió asimilar las celebraciones paganas y adecuar sus festividades para que no quedaran en el olvido.
Es así como el antiguo mito solar del solsticio de invierno hubo que maquillarlo no solo con el nacimiento del Redentor sino que se le adicionó la figura de un obispo cristiano de origen griego llamado Nicolás, que vivió en el siglo IV en los valles de Licia, y que hoy se le conoce como San Nicolás de Bari (ciudad italiana donde reposan sus restos) o San Nicolás de Myra (donde transcurrió su ministerio obispal).
Según nuestra cultura, la occidental porque no creo que en la oriental haya algo similar, la noche del 24 de diciembre los niños reciben regalos del Niño Jesús o de San Nicolás.
Indiscutiblemente que hacer ese delivery en un solo instante debía ser un problema, porque el globo era globo mucho antes de que Mc Luhan nos hablase de la aldea global, de ahí que Nicolás y Jesús compartieron la entrega de presentes.

Sin tradiciones

Cuando los inmigrantes holandeses fundaron la ciudad de Nueva York, obviamente llevaron con ellos sus costumbres y mitos, entre ellos el de Sinterklaas, su patrono, que luego fue caricaturizado por el dibujante alemán Thomas Nast en sus tiras navideñas en Harper's Weekly, con esa figura bonachona, barbuda y con sobrepeso que conocemos hoy y que nada tiene que ver con San Nicolás de Bari.
Es a partir del siglo XIX que se afianza la costumbre de intercambiar regalos, regalar tarjetas y el deseo de consumir, lo cual fue aprovechado por el malvado imperialismo norteamericano, para expandir la Navidad por el mundo, dándole un carácter distinto al religioso.
Pero fue el pintor Habdon Sundblom, por encargo de la imperialista y capitalista Coca-Cola e intentando humanizar al personaje navideño, quien lo vistió con los mismos colores de la marca de gaseosas, rojo y blanco, lo cual pasó a ser el atuendo oficial del presidente del Polo Norte y comandante en jefe de los duendes y renos navideños.
En nuestras latitudes otro Nicolás, que nada de santo tiene, también se vistió de rojo y en su empeño “anticapitalista y antiimperialista” adelantó la Navidad.

De San Nico a Non Sanctus lás

Este Nicolás a diferencia del otro que vive en las proximidades del Polo Norte junto a la Señora Claus, le ha tocado deambular de un lugar a otro porque sus hermanas putativas se niegan a devolver La Casona y compartirla con la Primera Clausbatiente.
Los duendes navideños que ayudan a Nicolás, el del Norte (no de Santander), en la fabricación de los juguetes y otros regalos son laboriosos y dedicados para que todo funcione a la perfección, mientras que los de nuestra historia son una banda de enanos que se apoderaron de los poderes públicos y que en vez de producir se han dedicado al hurto, timo, fraude, dolo, estafa y cualquier otra vía para enriquecerse a cuenta del Estado.
El trineo mágico volador, tirado por los renos navideños, liderados por Rodolfo, un reno que ilumina el camino con su nariz roja, brillante y potente para orientarse en medio de la tormenta, aquí se convirtió en un avión de Cubana de Aviación, que usa bombillos rojos, brillantes y potentes pero para llevarnos directo al último de los círculos del Infierno, el noveno, donde van los traidores según la descripción que hiciese Dante Alighieri en La Divina Comedia, traición que en nuestro caso, por acción u omisión, permitió regalasen la Patria a rufianes con acento chino y caribeño.
La fábrica de juguetes del Polo Norte, dirigida por los gnomos, funciona y año tras año satisface la demanda de los más pequeños de la casa, pero la de nuestro cuento es una fábrica inoperante, endeudada, caducada, socialista y antiimperialista, que solo produce miserias y que luego de 14 años ha traído más pobreza e insatisfacciones.
En vista de ese panorama Nicolás, no el del Polo sino el otro, decidió tumbar la cerca para que la borregada saliese y no regresara hasta haber acabado con los pocos pastizales que quedaban en la redonda, no sabe que una cosa es sacar a pastar al ganado y otra distinta es arrearlo para hacer el pique, el llanero zamarro conoce de eso por ser su faena natural, un caraqueño o un cucuteño ¡No!
La rebatiña para vaciar los anaqueles es una política perversa y hace al poder efímero cuando no hay como, con que, ni con quien, reponer la mercancía; es que nuestro Nicolás cree que por vestirse de rojo es magnánimo y eterno como el otro Nicolás.

Llueve… pero escampa

jueves, 7 de noviembre de 2013

La Dimensión Desconocida de la Revolución

Miguel Yilales
@yilales
Hacia finales de la década de los 50 del siglo pasado, Venezuela se movía al ritmo de la orquesta más popular de Venezuela, la Billo’s Caracas Boys y se vivía con la certeza de que hablar de política era una pasaje sin retorno a las celdas de la Seguridad Nacional. Era la política del terror militar.
Comienza el auge de las telenovelas televisivas destacándose “El Derecho de Nacer” y la transmisión de un programa que cuestionaba la verdad misma con episodios que recreaban un relato de fantasía, terror o ciencia ficción, rematado por un final sorprendente.
Escuchar la banda sonora de esa serie y al narrador, interpretado por Rod Serling, diciendo “Abramos esta puerta con la llave de la imaginación. Tras ella encontraremos otra dimensión, una dimensión de sonido, una dimensión de visión, una dimensión de la mente. Estamos entrando en… La Dimensión Desconocida”, era suficiente para que amas de casa, padres de familia e incluso los más pequeños quedaran subyugados a la pantalla chica.
Eran épocas en que The Twilight Zone la encontrábamos en la televisión.

El Macondo venezolano

Luego de muchos años, cuando parecía que nada podía sorprender a los venezolanos, en especial luego de pasados los primeros 14 años de este gobierno anterior que es el mismo actual, y disculpen las galimatías, vino el señor que conduce los destinos del país por voluntad del CNE a demostrar la verdadera dimensión desconocida que nos equiparaba al Macondo de “Cien años de soledad”.
Estamos en un país con cadáveres por doquier; en el que hacer un mercado es una carrera de obstáculos mezclada con las vicisitudes que debió pasar el soldado griego Filípides; donde los ciudadanos con “el mejor sueldo mínimo del mundo” deben subsistir con un poco más de un dólar diario, calculado al cambio Voldemort, porque el cambio oficial está predestinado solo a los atletas fantasmas que ni la ministra, ni su esposo, ni su basquetbolista suegro han visto, lo cual no es de extrañar sabiendo que hay un alma en pena deambulando por ahí, pero lo importante es que una empresa transnacional, y por ende apátrida, desapareció a los madurofollowers.
Parece ser que el servicio de microbloggin Twitter, en esos procesos inconsultos y arbitrarios que la empresa aplica para depurar cuentas, se dedicó a eliminar a los usuarios indocumentados y gasparines (no crean que sigo con lo de la aparición) que solo sirven para abultar el ego de quienes ven en el número de seguidores su grado de influencia.
Tal arbitrariedad hizo que el comandante inferior (solo puede haber un supremo) entrase en cólera. Es que la eliminación de cualquier fantasma podría suponer un ataque para borrar los fenómenos sobrenaturales de las apariciones, las reencarnaciones en pajaritos o las presencias que “aparecen y desaparecen solas” sin que nadie pueda peregrinar al lugar, lo cual debemos agradecer no vaya a ser que alguien madure la idea de instaurar horas de peregrinación a los túneles del Metro de Caracas.

Sin aguinaldos, sin aparecidos y sin seguidores

Si el CNE hubiese empleado la misma depuración que aplicó Twitter de seguro los resultados electorales hubiesen sido distintos, no solo porque los fantasmas siguen votando, sino porque hay exiliados que votan en el país estando en el extranjero, venezolanos express que nunca han oído el Alma Llanera o que fueron alimentados con bandeja paisa en su niñez y que se postulan a cargos para los que están inhabilitados por Ley.
Pero como la cosa no podía quedarse ahí, para celebrar que llegó noviembre se decretó el “Inicio de la Navidad”, que por primera vez desde que la instaurara el Papa Liberio en el año 354 no ocurre en diciembre, un hecho solo acaecido en el nuevo Macondo en el que la Natividad del Señor se anuncia con un mensaje de paz, reconciliación y amor en el que se ofrece “fuego al cañón” al que profese un culto distinto al oficial, según recitase un barbarito ministro.
Decretar el inicio la navidad antes de tiempo sin aguinaldos y amenazando con plomo a los que piensan distinto, preocuparse por los aparecidos y no por los que desaparecen por culpa del hampa desatada, enfurecerse porque el imperio y sus lacayos (me refiero a Twitter, Inc) depuran el fraude de las cuentas fantasmas, son indicios que el país vive realidades que superan a la ficción y en el que se espera por ese desenlace sorprendente que nos haga volver de La Dimensión Desconocida que es esta revolución.

Llueve… pero escampa