miércoles, 29 de enero de 2014

El Pinocho de Miraflores

Miguel Yilales
@yilales
En la literatura universal ha habido mentirosos famosos. Sancho Panza mintió al hacerse pasar por quien no era, el Barón de Münchhausen que contaba historias que nunca le habían ocurrido y el más famoso de todos Pinocho ese muñeco con vida que le crecía la nariz cada vez que mentía. Así como en la poética ha estado presente la mentira, la política y la mentira suelen ser buenas compañeras.
Cuando la incipiente política parlamentaria británica iba perfilando las modalidades de las que siguen viviendo nuestras democracias, salió publicado “El arte de la mentira política” atribuido a Jonathan Swift, en el que trataba sobre la siguiente premisa: el mentir bien a los ciudadanos no es cosa que se improvise; es un arte con todas sus reglas.
Y habría que preguntarse si el discurso político en Venezuela es, por esencia, mentiroso o si la clase política venezolana ha resultado más fácilmente gangrenada por el rechazo a la verdad.
Todo esto viene a piscolabis por la pieza de oratoria que el émulo del gigante de América, por supuesto que no me refiero a Bolívar, Martí, San Martín o Hidalgo, regurgitó ante la Asamblea Nacional y la audiencia que lo siguió a través de los medios de comunicación.

Mentira refinada

El segundo al mando, me atengo a que la Fuerza Armada primero le rinde honores al Comandante Eterno y luego a él, siguió al pie de la letra lo que sus logógrafos le compusieron; entre citas, lugares comunes y mentiras, este Demóstenes de quinta, por la república, trató de convencernos que todo estaba bien.
Entre abrir comillas y cerrarlas dijo que cambiaría ministerios, que los fusionaría, pero se reservó que al día siguiente juramentaría a 107 viceministros, con secretaria, chofer, escoltas, presupuesto y un perro Golden Retriever, de esos callejeros que andan deambulado por la ciudad y que la Misión Nevado está recuperando.
Así como quien no quiere la cosa, anunció lo que todos esperaban, las medidas económicas y en especial si habría o no devaluación de la moneda. Como todo un Frank Abagnale de nuestra época, señaló que el cambio de la moneda se mantendría a la tasa de 6,30 bolívares por dólar americano todo el año, lo que desconocíamos era que se refería al año chino que terminaría el 31 de enero.
El júbilo y la duda estallaron al unísono, pero ese regodeo solo fue alegría de tísico. A los pocos días el vicepresidente del Área Económica, ministro de Petróleo y Minería, presidente de PDVSA, presidente del Fondo Simón Bolívar para la Reconstrucción, presidente del Consejo Nacional de Exportaciones, cuarto bate, capitán del equipo, recoge bate y paremos de contar, anunció que el 6,30 del soflama pinochista era realmente 11,30 y que debían reducir la cantidad de dólares por cada venezolano, para perseguir a los “raspa cupo”.
Nada dijo de los 20 mil millones de dólares, estafados a la nación por empresas de maletín, autorizados por funcionarios revolucionarios y por los cuales ni hay presos, ni imputados y mucho menos destituidos, con la excepción de la exministra exhibicionista, me refiero a las exhibiciones de esgrima, que le falsificaron la firma.

Con real y medio

Del cupo viajero llamó la atención que aprobaron US$ 2500,00 para Cuba y solo US$ 700,00 para Florida, quizás con la intención de incentivar el turismo de aventura, ya que se podría viajar a La Habana, tomar el cupo completo y cruzar en balsa hasta Miami, con lo cual sentiríamos lo que es navegar en balsa rodeado de tiburones.
Otro aspecto positivo es saber que ya nos ajustamos al calendario chino, porque el cambio a 6,30 no fue modificado durante el año de la serpiente, sino que lo cambiaron en el del caballo, para que los precios y la inflación sigan a galope.
Por mi parte me propuse que usaré mis 700 dólares en el turismo nacional, dispondré de 7910,00 bolívares a la tasa oficial para pagar 7 noches de hotel en Cumaná, comida por 8 días, paseos al Parque Nacional Mochima, recorrido por sus seguras y limpias calles, compra de suvenires, todo esto sin la familia que se quedará en casa porque el cupo no da. Es que en revolución el dinero rinde más que cuando cantábamos “con real y medio”.
Abraham Lincoln con su famoso apotegma decía que “se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”, a lo que habría que agregar: “salvo que se dejen”. Parece que los venezolanos le agarramos el gusto a dejarnos engañar y al personaje de Collodi a mentir.

Llueve… pero escampa

jueves, 23 de enero de 2014

Que viva la Inquisición

Miguel Yilales
@yilales
Durante la era medieval la persecución del que pensara distinto fue un mecanismo efectivo. Tan efectivo que debieron bautizarlo con un nombre que lo definiera y de ahí surgió la Inquisición, que mayoritariamente se uso para la supresión de la herejía en el seno de la Iglesia católica.
Y es que en la Edad Media la herejía se castigaba con la pena de muerte.
Apenas unos años antes de que Cristóbal Colón iniciase su aventura del revelamiento de que el mundo no era plano, lo cual era una apostasía, se inició la Inquisición española, bajo control directo de la monarquía hispánica, es decir nació la inquisición estatal.
Y es que la Inquisición sirvió no solo para perseguir a los herejes, sino a brujos, quirománticos, charlatanes, opositores políticos y todo aquel que pensase distinto, para ser conducido a los tribunales, plegados al poder, y condenarlos institucionalmente.
Para tal fin el Papa Sixto IV y la Corona de Castilla encargaron para su ejecución a un fraile dominico de nombre Tomás de Torquemada, con la misión de perseguir a los judeoconversos y herejes. Juan Antonio Llorente, primer historiador del Santo Oficio, asegura que durante su mandato fueron quemadas más de diez mil personas, menos decesos que los ocurridos en el país en un año.

El Torquemada criollo

Para evitar la propagación de las «herejías», Torquemada, al igual que se hacía en toda Europa, promovió la quema de literatura no católica, en particular bibliotecas judías y árabes.
Todo este cuento de Torquemada, la crueldad de la Inquisición y sus consecuencias viene a propósito de la Memoria y Cuenta de Nicolás Maduro ante la Asamblea Nacional.
Es que en algunos de los pocos fragmentos que no fueron citas textuales o entrecomillados se anunció que se procedería a revisar la programación de las televisoras y cableoperadoras responsables de difundir los antivalores que propugnan el capitalismo y la violencia en el país.
En días recientes me senté a ver una película en la que, para mi sorpresa, había 2 hermanos y uno de ellos asesina al otro y culpa al sobrino de asesinar a su propio padre. El pequeño decide huir al exilio, hasta que es encontrado por una novia de la infancia y llamado por el fantasma de su padre para que recupere el reino. Regresa convertido en adulto y se enfrenta a su malvado tío a quien derroca, no sin antes hacerlo confesar, para proclamarse el verdadero heredero del trono.
Palabras más, palabras menos, esta es la sinopsis de la violenta película “El Rey Leon” que los estudios Disney produjo. En ella se muestran fragmentos del libro que la inspiró: Hamlet.

“¡Muera la inteligencia!, ¡Viva la muerte!”

Es que obras como Hamlet, Romeo y Julieta, Los Miserables, Los Tres Mosqueteros, Don Quijote de La Mancha, Los hermanos Karamazov, entre otras, incluso la Biblia, tantas veces adaptadas a la televisión, al cine, al teatro y fuente de inspiración para muchos otros, están llenas de violencias y de seguro son las responsables de los índices delictivos del mundo.
Con lo cual lo justo sería que un gobierno revolucionario y reivindicador de la humanidad, como lo define ese bodrio que es el Plan de la Patria, debiera instaurar no solo la censura a la televisión, sino un proceso de “quema de libros” como el realizado en la Bebelplatz de la Alemania Nazi o la famosa “Hoguera de las Vanidades” del monje Girolamo Savonarola, para acabar con toda la crítica que pueda inspirar a la rebelión y por ende con la herejía.
Así los «herejes» (cualquier sospechoso de no seguir la doctrina religiosa del Comandante Supremo) y todo aquel que ose hablar en contra el gobierno, sería susceptible para ser ejecutado por la Santa Inquisición Revolucionaria, Socialista y Chavista.
Otro aspecto positivo de esta medida, es que los discursos ante el parlamento por quien dirige a la Nación durarían escasos minutos porque, al no tener referencias, las citas textuales desaparecerían.
Para este sistema político medieval que vivimos en Venezuela la violencia es un asunto de sabiduría que se soluciona con no leer, no asistir al teatro, no oír radio, no ver televisión y cine, para ellos está vigente el grito “¡Muera la inteligencia!, ¡Viva la muerte!” de Millán-Astray, con lo cual cobra más utilidad la respuesta de Miguel de Unamuno: “Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir, y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha”.

Llueve… pero escampa

miércoles, 15 de enero de 2014

Beodos, farsantes y bandidos

Miguel Yilales
@yilales
En el mundo romano, las bacanales eran las fiestas para celebrar en honor a Baco, el dios mitológico del vino, del que procede el nombre, lo cierto que en estas festividades se bebía sin medida.
Es que no podía ser de otra manera si se festejaba el vino, no sería con agua su celebración. Lo único es que eran para un coto cerrado en el que solo podían entrar los iniciados y aquellos que pudieran aguantar la juerga, el jaleo y el alboroto.
Pero no solo los romanos pusieron el ojo en el licor, para los cristianos, el milagro que reveló la presencia de Jesús entre los mortales fue la transmutación del agua en vino en las bodas de Caná, según los estudiosos de los textos sagrados al acabarse el vino María le pidió a su hijo que no dejase que las fiestas terminasen y por ende se acusase al anfitrión, el novio, de pichirre, ya que las fiestas debían durar 7 días con sus noches. Y Jesús convirtió 600 litros de agua en vino.
Y es que en los momentos que vivimos parece que hay un grupo de personas que están en una bacanal constante. Mientras los mortales deben subsistir con un salario mínimo, que fue incrementado a principios de año como paliativo para aumentar la gasolina y devaluar la moneda, otros no tan mortales les sobran los recursos para seguir libando, ya no vino sino escocés mayor de edad, por el dios Baco, que debe estar sentado a la derecha del líder supremo como autoridad máxima del nirvana chavista, digo por la reencarnación que nos dicen alcanzó.

Baco y Jano: obreristas, chavistas y antiimperialistas

Pero es que estos obreristas, chavistas y antiimperialistas, celebran no solo a Baco sino a su pariente cercano Jano, un dios con dos caras. Muy propio de esa doble moral que desde el gobierno imponen con votos de pobreza para el pueblo y de riqueza para quienes gobiernan, con cupos de divisas restringidos para unos y con divisas sin limitación para otros.
Este ha sido un homenaje más que merecido, porque no han iniciado nada, tienen represado los dólares, no han dictaminado el precio justo para ningún producto y ante la necesidad de hacer anuncios económicos, que no reflejen lo quebrado que está el país, viene la inseguridad y se los sabotea.
Luego de mucho promocionar guerra por doquier, contra el imperio, contra el capitalismo, contra el golpismo, contra los apátridas y contra cualquier flagelo mundial, el que ha puesto el dedo en la llaga es una guerra que no les interesa. Porque la seguridad es culpa del gobierno anterior, es decir del desaparecido expresidente Rafael Caldera.
Lo insólito es que luego de impulsar la anarquía, con motorizados que parecen hordas, con buhoneros que especulan y tienen los productos que no están en el mercado, con pranes que gobiernan sectores completos del país, con una fuerza armada que sale a la calle a montar alcabalas con fusiles con el seguro puesto y a la bandolera (forma de portar el arma para que sea llevadero el peso, pero no lista para la acción) ellos no son responsables de nada y la culpa es de los demás.

Los enanos crecen y ni siquiera se percatan

Que si hay noticias buenas, claro que sí, en tiempo récord los organismos de seguridad capturaron a los supuestos autores materiales de los asesinatos más sonados de la semana pasada, lo lamentable es que aún falta por determinar los responsables de más de 24 mil asesinatos, crímenes y homicidios ocurridos durante el 2013.
Es decir solventaron los que le dieron cara a la impunidad galopante que hay en el país, faltan los que solo son cifras que, según el ministro de la inseguridad, han disminuido, aunque aun se puede responsabilizar al imperialismo, las películas de Hollywood, a la Conferencia Episcopal y al capitalismo salvaje de los índices de criminalidad.
Mientras eso ocurre el gobierno monta sus bacanales. En sus filas algunos esperan el anuncio de la lucha contra la especulación, por lo que empiezan a pernoctar a las puertas de las licorerías, no vaya a ser que en un gesto de populismo, decidan decretar el precio justo a los destilados escoceses como para que se olvide la impunidad y se siga haciendo patria.
Según el líder secundario de la revolución, porque máximo solo hay uno, a la inseguridad y a la especulación “la van atacar de raíz y extirpar, como se extirpa un tumor maligno”, espero que no busque ayuda cubana porque el último paciente sometido a tratamiento para suprimir un cáncer no regresó con vida, y en este caso estamos hablando de la patria.

Llueve… pero escampa

miércoles, 8 de enero de 2014

Ni seguridad, ni patria, ni nada

Miguel Yilales
@yilales
La historia de la humanidad es la historia de las emigraciones. El ser humano siempre ha ido de un lugar a otro. Si diéramos por válido que el hombre, y no me refiero a Adán, apareció en el África, entonces el resto de los seres humanos somos descendiente de emigrantes.
La tradición judeocristiana habla, en los primeros libros del Pentateuco, de la expulsión de Adán y Eva del Paraíso Terrenal, lo que podría considerarse como el primer exilio, y también hace referencia a la Huida de Egipto del pueblo judío en el Éxodo que, dirigida por Moisés, emigró en busca de la Tierra Prometida.
Por su parte, la religión musulmana comienza con la Hégira o huida de Mahoma el año 622 de la Era Cristiana, por lo que todo éxodo similar se le aplica ese término por extensión.
Muchos fenómenos históricos están estrechamente ligados con la emigración: las guerras, como la civil española y la Segunda Guerra Mundial, dieron origen a grandes emigraciones de europeos hacia los países americanos; las mejoras económicas y sociales hacen que los africanos partan a Europa y la inseguridad que los venezolanos se vayan a donde los reciban.

Diáspora sin tradición

Los venezolanos no tenemos tradición de emigrantes, pero hoy conseguimos a muchos compatriotas que están tras la búsqueda de un pariente lejano dentro del árbol genealógico para huir del país. No importa si es un país europeo, los Estados Unidos, Canadá, Australia, Panamá o Costa Rica.
Si el proceso de emigración de venezolanos fuese solo como una consecuencia de la dinámica de transformación económica, social, política y cultural del siglo XXI no importaría, pero cuando está asociado a un proceso de “sálvese quien pueda” en resguardo de la integridad física, la libertad o la seguridad económica es preocupante.
Pero se hace necesario diferenciar la emigración del exilio. En el segundo hablamos de la salida del país por razones políticas, por adversar a un régimen o sistema político, en el que los adversarios políticos son perseguidos por la vía judicial, militar o de la propaganda gubernamental, mientras que la emigración se entiende como un movimiento voluntario asociado a la búsqueda de mejores condiciones de vida, por razones económicas, culturales, sociales o personales.
Llámese “La verdad de las actividades comunistas en Venezuela” o “El libro rojo” de López Contreras, las listas Tascón y Maisanta de Hugo Chávez o la divulgación de los opositores viajeros y los afiches de la “Trilogía del mal” de Maduro, todos buscaban y lograron el mismo fin: el terrorismo político y consecuentemente la expatriación.
No importa cuál sea la causa, los venezolanos están dispuestos a abandonar el país que los vio nacer. Y no es para menos, al año el hampa se despacha al 0,1% de la población, es decir, a 30 mil venezolanos y quienes gobiernan implementan planes de seguridad que, por los resultados, debieran llamarse Patria Insegura.

Delincuencia desatada

No es solo que una artista venga de vacaciones y no vuelva a salir porque unas escorias sociales decidieron que no debía seguir existiendo, el problema es que día a día mueren venezolanos de distintas partes del país y terminan siendo solo cifras que este gobierno maquilla.
En estos últimos años he visto partir a dos hermanas. Sus hijos no son de esta tierra, asimilan otras culturas y nacionalidades. He visto como mis estudiantes buscan recomendaciones huyendo de un país que les es extraño. He visto a mis compañeros de trabajo, los jóvenes buscando donde ir y los viejos a donde mandar a sus hijos. He visto partir a mis hijos mayores buscando seguridad, hoy que debiera estar celebrando su cumpleaños, celebro porque no esté en este inseguro país.
Presenciar el éxodo de un hijo en busca mejores posibilidades fuera de su patria es doloroso. Oír a un hijo decir que ama a su país, pero que no regresaría jamás es aun más doloroso.
Lamentablemente para Monica Spear y su familia o para los Pedro Pérez y los Juan Bimba que mueren a diario, no hay manera de cambiar el rumbo de las cosas, porque como dice el refranero popular después de ojo sacado no vale Santa Lucía.
Al resto de los venezolanos nos queda exigirle al gobierno que reconozca su incapacidad con su Plan Patria Segura, como también lo fue su predecesor, mentor y guía eterna con los 19 planes anteriores, y que actúe para recoger los monstruos que creó en estos 15 años, es decir, que gobierne porque sin seguridad tampoco tenemos patria.

Llueve… pero escampa