miércoles, 25 de febrero de 2015

Licencia para matar

Miguel Yilales
@yilales
Ya se ha vuelto una costumbre enterarnos de la violencia que nos agobia por las redes sociales o páginas de noticias en la red porque los medios privados (una verdadera minoría) están dedicados a la farándula o a las noticias fatuas y los medios públicos (que son la mayoría, incluidos los privados que se han plegado a los intereses del régimen y los asignados a testaferros boliburgueses) cubren los shows politiqueros que, de tanto en tanto, montan en esas tramoyas que son la Asamblea Nacional y el Palacio de Miraflores.
Mientras tanto los respetuosos órganos de seguridad del Estado, aunque parezcan más de represión por la saña de sus actuaciones, les ha tocado salir a lo James Bond a acabar con todas las conspiraciones que pretenden atentar contra la revolución, por lo que buscan y capturan a esa mezcla de Jack El Destripador, Hanibal Lecter y Dorangel Vargas (digo por el despliegue policial) que debe ser el alcalde metropolitano Antonio Ledezma quien conspiraba para derrocar a Nicolás Maduro a través de remitidos de prensa, allanan la sede de un partido político opositor y reprimen a estudiantes por exigir el respeto a la voluntad popular que eligió al gobernador de la mancomunidad de municipios que hacen vida en la Gran Caracas.
Es que en Venezuela para acabar con la falta de profesionalismo y la chapucería en los órganos de seguridad del Estado de la IV se decidió que las policías debían tener una universidad que formase a su gente en el respeto de los derechos humanos, las libertades ciudadanas y la resolución de los problemas de seguridad (no son inventos míos eso dice su sitio web).

Ni secta, ni imperio

De ahí que ningún paisano, no tiene que ver con las insinuaciones entre el exmandatario y el mandatario, ha sido sometido a torturas, a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes desde que se inauguró ese dechado de bondad y misericordia que es la Policía Nacional Bolivariana.
Lo del agente 007 viene a colación porque hacia 1989 a Timothy Dalton le tocó interpretar en una película, llamada “Licencia revocada” y luego renombrada “Licencia para matar”, al mítico agente secreto que mientras perseguía a un narcotraficante es suspendido del MI6 (aun no aparecían los testimonios del Leamsy Salazar contra algún Dios revolucionario) por lo que decide acabar con todo el mundo.
En nuestro caso, los agentes socialistas, revolucionarios y antiimperialistas formados bajo la égida de un militar golpista y amparados en una resolución ministerial de otro golpista, también salieron a acabar, no a los narcotraficantes, a los paramilitares, a los que cobran vacunas o al hampa común, sino a unos estudiantes.
Realmente no importa si los policías que disparan venían de la IV o son de la V. El policía y presunto asesino de Kliuberth Roa no se adiestró en una secta de derecha, ni en el imperio norteamericano, tenía 7 años cuando llegó este oprobioso régimen con su discurso de odio, creció al amparo de las normas y órdenes de quienes hoy están en el poder y estudió en una universidad que crearon para la seguridad.

Culpables y responsables

Desde siempre las policías venezolanas han sido vistas con ojerizas. Llámense chácharos gomeros, Seguridad Nacional, DIGEPOL, DISIP, policía metropolitana y más recientemente policía nacional bolivariana o SEBIN todas han tenido más de una oveja negra en su redil. El problema siempre ha sido creer que todo se soluciona con cambios de nombres, aunque se mantengan las prácticas arbitrarias, ilegales y violatorias de la dignidad humana.
Por cierto el culpable del asesinato del niño Roa ya está detenido y se le aplicará el peso de la ley, si creemos en las declaraciones oficiales, solo falta que caigan los responsables: el que sembró odio en los funcionarios (aunque no está, quedó su heredero), el que autorizó el uso de armas letales para reprimir manifestaciones (que no le valga padrino), el que rigió su formación policial donde lo evaluaron psicológica y académicamente (así sea paisano del asesino), el que dirige la policía en la entidad (no obstante haya prometido poner su cargo a la orden) y finalmente la que cree que la inseguridad son “hechos aislados” que sesgan la vida de venezolanos.
Debemos exigir se enjuicie a los responsables y que se revoque a todos los funcionarios esa “licencia para matar”, mientras tanto estamos a la merced de la anarquía, el desgobierno y la ilegalidad que impuso este socialismo del siglo XXI.

Llueve… pero escampa

miércoles, 18 de febrero de 2015

Será Nicolás pero nunca Maquiavelo

Miguel Yilales
@yilales
Desde hace algunos años, este gobierno que regenta los designios del país, se ha dado a la tarea de obligar a los venezolanos a celebrar cuando ellos quieran y lo que ellos quieran.
Es que en medio de una crisis, con inflación y con el estancamiento económico más brutal de los últimos 60 años, a esta pléyade de estrategas, que creen que gobernar es ser artero, sagaz y marrullero, se les ocurre que para hacer productivo al país se debe incentivar, no el trabajo sino el derecho al descanso, el disfrute del tiempo libre, las vacaciones permanentes y la vagancia como reposeros.
Por eso han hecho un esfuerzo para que los connacionales comprendan la necesidad de derogar, por el amor a la patria y a las luchas sociales, esas costumbres capitalistas y burguesas como lo son estudiar, cultivarse, ilustrarse, trabajar y afanarse año tras años para ganarse el pan con el sudor de la frente y reemplazarla por una verdadera política socialista en que se anhele disfrutar fines de semana, carnavales, vacaciones, fechas patrias, feriados bancarios y religiosos, con puentes, viaductos y hasta elevados como describía la guaracha que cantaba Cheo García, La flor del trabajo, y que Nicolás (el paisano, no el italiano) ha puesto en práctica desde sus años mozos hasta nuestros días.

A juro y porque sí

En la estrategia nicolasiana, antes de cada fecha, surgirá un ser maligno que tratará de robarse la felicidad suprema que solo garantiza la revolución.
Sí es Navidad será el Grinch pelucón que está en la cárcel de Ramo Verde, sí del Carnaval se trata serán los 7 tenientes conjurados de Jericó que trompeta en mano, laptop y teléfonos inteligentes dejarán todas las evidencias para que los capturen por conspiradores; y de ser Semana Santa de seguro vendrá un Simón Pedro mirandino que procurará convertirla en una fiesta religiosa y no en lo que la revolución decreta: una bacanal de playa, sol y arena.
Ya llegadas las vacaciones de agosto el régimen se encargará de desempolvar un octogenario enemigo, una conspiración demodé, un golpe maluco (no como los de los conspiradores del árbol de las tres raíces) o cualquier cosa para anunciar que quieren robarle al pueblo sus vacaciones, su paz, su descanso y que la revolución estará presta para dar la pelea hasta la última gota de sangre (de los demás) y garantizar la pachanga y el guaguancó.
Por supuesto que la espada socialista, antiimperialista, chavista, madurista y diosdadista (ojalá no agreguen más “istas”) será empuñada para derrotar cualquier intento desestabilizador que trate de conculcar la suprema felicidad de los venezolanos, que ríen a mandíbula batiente porque no tendrán pañales, artículos de uso personal, jabón de lavar, leche o medicamentos, pero sí patria.
Es que en esta locura llamada Venezuela, sí a algún turista se le ocurre disfrutar las festividades carnestolendas, como ocurre en Rio de Janeiro, Tenerife, Venecia o Nueva Orleans, con lo primero que se encontrará es que en las nuestras se restringe la venta de licor para hacerla más segura y, por los resultados, pareciera que expendedores, consumidores y autoridades siempre se declaran en desobediencia legítima.

Vagos y felices

Fíjense que para lograrlo en las comparsas organizadas por ese dechado de la administración que es el reyezuelo capitalino Jorgito I, se reemplazan las golosinas por caramelitos de plomo, con su ración de perdigones y bombas lacrimógenas para que la gente llore, no precisamente de la risa.
Por supuesto mientras los venezolanos tuvieron que improvisar disfraces con material reciclable, por aquello de la conservación planetaria y los motores fundidos de la revolución, el cuerpo diplomático, como hizo nuestra garota-embajadora en Trinidad y Tobago, tiene la oportunidad de demostrar que a pesar de la “austeridad” se pueden gastar 1.600 dólares (272 mil bolívares marginales) para representar al socialismo del siglo XXI.
Pero no se preocupe para que usted disfrute sus días de “vaganciones” tendrá: autobús gratis, comida no tan gratis (¿quién necesita mover la mandíbula si tenemos patria?) y alguna libertad para movilizarse por el territorio nacional como lo ordena Cheverito.
En 1513 un florentino escribió un tratado de teoría política tras ser acusado de conspirar contra los Medici, 501 años después hay conspiradores que piensan que gobernar es cuestión de príncipes y herederos, y el de aquí será Nicolás pero nunca Maquiavelo.

Llueve… pero escampa

miércoles, 11 de febrero de 2015

Accidentados y sin dinero

Miguel Yilales
@yilales
No hay nada a lo que un conductor le tenga más miedo que tomar carretera y quedarse accidentado, en especial en nuestros desolados, por falta de autoridades más que por ausencia de usuarios, caminos.
Pero peor que quedarse accidentado es que esto ocurra cuando transitamos un túnel, estamos cerca de la salida y nos percatamos que por esas cosas del destino (mala planificación) no tenemos suficiente dinero como para pagar una grúa que nos auxilie.
En esas condiciones estamos los venezolanos y el país en general, accidentados, en medio de un túnel y sin dinero para que nos auxilien, a la merced del mejor postor y si no de quien se apiade de nosotros.
Luego de haber percibido millones de millones de dólares, son 11 ceros a la derecha, el país se encuentra derruido, abandonado y mendingando a ver quién se atreve a ayudarnos cuando durante 16 años despilfarramos y gastamos para mantener una estructura de poder que nunca le importó el beneficio de la mayoría.
Ahora el par de artistas que dicen dirigir la economía con pinceladas marginales, nos dicen que la megadevaluación aplicada no es tal, que sigue existiendo un dólar a 6,30 bolívares con el que se importará el 70% de los productos de la cesta básica como se ha venido haciendo hasta ahora, un dólar a 12 bolívares para el 30% restante y que además habrá un dólar de subasta para aquellos marginados de los renglones anteriores.

Colas de esperanza

Luego de escuchar tal disertación uno pudiera preguntarse y preguntarles a estos neófitos de la economía (no lo digo de manera peyorativa pero ni el jefe del Banco Central, ni el ministro del área se han quemado ni una pestaña echando número) ¿sí el dólar para importaciones de productos de la canasta básica no sufrió modificaciones como es que hay tan brutal desabastecimiento?
Las personas que a diario se levantan a hacer horas de colas para ver que encuentran con la única esperanza de encontrar algo, deben ser agentes encubiertos, como el capitán Pavarotti que deleita con sus melodías a la DEA, que esperaban el momento de la caída de los precios del petróleo que ocurriría durante el gobierno más incapaz de la historia republicana, para conspirar y alebrestar a los más necesitados.
Lo otro que no aclararon estos genios, no precisamente de la lámpara de Aladino, de la economía es a cuál tasa podemos calcular todo el dinero depositado en las cuentas secretas de Suiza, que se filtraron a la prensa, y que por cierto el ministro es responsable de una de ellas. Uno supone que esos dólares serán repatriados y cambiados en ese mercado marginal para el disfrute de todos los venezolanos, porque a nadie se le ocurriría pensar otra cosa que no sea que los guardaron allá para evitar que se los robaran los apátridas de la IV república que aun tienen penetrada la administración pública.
Es que vivir en esta Tierra de Gracia cada día se parece más a un mundo mágico en el que los estudiantes de Cambridge, de Harvard, de la Complutense y hasta del MIT, mueren de envidia ante los avances en investigación, ciencia, tecnología y humanidad de los egresados del sistema que vino a sustituir a las parasitarias universidades autónomas que tenían el tupé de cuestionar la verdad revolucionaria con ideas demodé como la filosofía, la anatomía, la cultura general y, especialmente, la economía.

Solo destrucción y desolación

Es indiscutible que un sistema como este que asegure a la familia, la salud, el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; que garantiza el derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez y vejez debiera ser honrado con el premio Nobel de Física, Química, Medicina, Literatura, Economía y Paz todos a la vez, con lo cual a partir de este año el premio debiera llamarse Comandante Supremo en honor al más grande ser desde el australopitecos hasta la aparición del homo sapiens, porque después de ese momento histórico sobran verdaderos candidatos de la razón, el talento, el juicio y el conocimiento.
Los venezolanos tenemos una inmensa labor por delante, para sanear la incompetencia que se ha instaurado en el poder y restablecer las condiciones que nos permitan recuperar el tiempo perdido. Ya basta de andar en un vehículo (Socialismo del siglo XXI) que nos tiene varados en medio de un túnel y de tener un inmaduro chofer que dilapidó hasta la plata para pagar la grúa y los repuestos.

Llueve… pero escampa

miércoles, 4 de febrero de 2015

Aleuzenev, una Venezuela al revés

Miguel Yilales
@yilales
En los excelsos momentos que vive Aleuzenev es indiscutible que estamos bajo el imperio de la libertad. Desde que llegó ese dechado de hombres y hombras, mujeres y mujeros, jóvenes y jovenas al poder nunca se habían respetado los derechos humanos como ahora.
Y si no se percibe muy humano que se diga, es porque nos encontramos ante un proceso planificado a largo plazo que ha tenido que sortear los obstáculos que se le presentan entre conseguir la paz interplanetaria y evadir las conspiraciones venidas del imperio norteamericano.
Luego de la II Guerra Mundial, los gringos se aprovecharon de la derrota alemana, de las deudas europeas y de la rendición japonesa para colonizarlos, es por ello que en toda Europa y en Japón el idioma oficial es el inglés, la moneda el dólar y el presidente es Barack Obama.
Cosa muy distinta a ese dechado de virtudes democráticas que fueron los soviéticos quienes al finalizar la revolución que acabó con la Rusia zarista colocaron bajo su ala, sin ningún interés, a pequeñas naciones para evitar que cayeran bajo el influjo perverso del capitalismo, costumbre que aún mantienen en Crimea y Ucrania, y que falló en Cuba, que aun estaría bajo su protección, si no fuese por el asedio de los gringos, que evitaron la construcción de complejos turísticos en Varaderos, para hacerla claudicar.

Totalmente al revés

Es por eso que a uno le da como encono que sean precisamente los Estados Unidos quienes vengan a imponer sanciones a los funcionarios más honestos y abnegados del mundo, que tratan de llevar la mayor felicidad a sus connacionales. Es tan brutal la saña y la envidia que se nos tiene que son incapaces de reconocer los avances en materia de seguridad, igualdad, libertad y confraternidad que ha dado la revolución.
En cuanto a la garantía a la vida, a la libertad y a la seguridad de las personas, no hay país más seguro, más libre y donde se respete más la vida que el nuestro. De hecho ningún funcionario usa escoltas porque la tasa de homicidios es prácticamente nula, si tomamos en cuenta que pertenecemos a la Patria Grande ¿Qué pueden representar apenas 447 muertes violentas en Caracas en el primer mes del año o qué un general autorice a disparar armas letales ante manifestaciones pacíficas solo por la sospecha de que exista peligro para esos herederos de las glorias patrias que son los militares? Es egoísta pretender equiparar la sanguinaria frase de Betancourt de “disparen primero y averigüen después”, con este excelso instrumento jurídico garante de los derechos humanos, que deja sin efecto las maldiciones bolivarianas contra los militares que empuñen las armas contra el pueblo.
Es por ello que ningún paisano, no me refiero a las insinuaciones del expresidente Pastrana, tiene de que preocuparse. En este país de inmigrantes se le garantiza igualdad a todos los que decidieron vivir con nosotros. Ni siquiera andamos con las nimiedades de investigar si alguien nació en Cúcuta o Caracas, para ello decimos que somos ciudadanos del mundo, con lo cual dentro de poco podremos tener un presidente chino, no porque nos hayan colonizado sino porque ellos también son terrícolas.

Un país cheverísimo

Tan buenas están las condiciones en este país, que a diario llegan norteamericanos solicitando asilo en busca del sueño socialista. Una nación donde impera la ley y se respete la propiedad, no como en su país que diariamente vive expropiaciones, saqueos y donde hacen largas colas frente a Walmart o Walgreens (algo parecido a los Abasto Bicentenario y a Farmatodo) para poder adquirir los bienes básicos. Sí un verdadero revolucionario, heredero de las glorias de Zamora y Boves gobernara allá, ya hubiese ocupado temporalmente esas cadenas explotadoras de los estadounidenses.
Por supuesto hay un tema que aun debemos mejorar, y no es otro que la libertad de opinión y expresión; La mezquindad de los dueños de los medios llega al extremo de preferir ir a la quiebra que reconocer los méritos del gobierno más sublime del orbe, tan solo algunos periódicos, canales de televisión y emisoras de radio, con la pluralidad que les caracteriza, difunden la única verdad.
Estamos ante un espejo de feria, vemos un reflejo distorsionado y opuesto a lo que un país debiera ser, lamentablemente mientras sigamos gobernados por incapaces, torpes e inhábiles seguirán las violaciones a nuestra dignidad y no dejaremos de ser Aleuzenev, una Venezuela al revés.

Llueve… pero escampa