Miguel Yilales
@yilales
Leer novelas, libros y todo lo que llegara
a la casa, era casi que mandatorio, primero porque mi papá decía que lo único
que realmente se heredaba era lo que se aprendiera a través de los estudios y
en segunda instancia porque el único mecanismo de ser libre, en épocas en que
la Internet era un secreto militar, era la lectura.
Entre esos textos, disfrutaba mucho de un
psiquiatra metido a escritor, que fabulaba con la historia. De sus obras una, “Los
Cuatro Reyes de la Baraja”, narraba la historia de cuatro personajes emblemáticos
en la historia venezolana.
Los cuatro hitos que construyeron estos
hombres: Venezuela, la educación y la cultura, la Fuerza Armada Nacional como
garante de la paz duradera (así la llamaba Manuel Caballero) y la democracia
civil, son hoy una quimera producto de los sueños trasnochados de un grupo, que
convertido en antihéroes de la patria, se dedicaron a destruirla entregándola
de rodillas a un invasor que no levantó un fusil, a sembrar el odio de clases y
razas como no se veía desde la colonia, a implosionar todas las bases de la
estructura política, no para crear un Estado sino para instaurar una
cleptocracia y a destruir uno de los valores más importante de una sociedad
como lo es la educación.
Libre,
gratuita y obligatoria
En nuestro país la educación es gratuita y
obligatoria desde 1870 y es un derecho humano inalienable e intransferible,
salvo otra interpretación de la Sala Constitucional que diga que no lo es o que
debe ser limitado, y el Estado tiene la facultad de crear los servicios
pertinentes para facilitar y mantener el acceso a todo tipo de educación.
Recientemente quien detenta el poder,
decidió hundir el acelerador como si se tratase una carrera de Fórmula 1 y a la
usanza de su camarada en la categoría, estrelló la educación contra las
defensas, los morritos y las paredes de la sociedad, al implementar una
consulta educativa que ha generado confusión en redes sociales y ha alertado a
los padres sobre la educación de los hijos.
Aparentemente, aunque con este fascismo,
socialismo, chavismo, madurismo u otro ismo que se les ocurra no se sabe, la
consulta pretende alimentar dos proyectos diferentes: las políticas educativas
para mejorar la calidad de la educación y el proyecto del diseño curricular.
Esta “Consulta Nacional por la Calidad
Educativa”, cuya finalidad última no es otra que amoldar la educación al modelo
socialista, tal como está definido en el Plan de la Patria, es un bodrio muy
inmaduro, que pretende que estudiantes, obreros, colectivos y pedagogos
participen en que y como se debe educar, algo así como que los hijos decidiesen
en el proceso de crianza que los padres les deben dar.
Antihéroes
y traidores
En medio de todo ese proceso que solo se
puede dar en Revolución podrían haber empezado por preguntar a los marineros del
patrullero oceánico de la bolivariana Armada “Warao”, que sí para evadir un bajo
deben virar a estribor o a babor, a lo mejor así no encallaba en Recife.
Además los porteros y secretarias de los
ministerios, aunque seguro estoy cumplen más labor que los ministros, debieran decidir
cuales son las acciones en materia petrolera, minera, turística o agrícola para
que el Estado funcionase, dado los resultados obtenidos por quienes detentan
las carteras ministeriales podría ser una decisión acertada y asertiva.
Y finalmente plantearía que la servidumbre
de la Casona, esa residencia presidencial invadida, decidiera quienes viven y
como se administra, cuando y como se limpia y se come, aunque pareciera que por
el trato que le dan las hijas del eterno a la primera combatiente, eso no dista
mucho de ocurrir.
Cuando Luis Beltrán Prieto desarrollo la
idea del Estado docente, lo hizo en el entendido que lo dirigiría desde la
democracia. Instaurar en la educación un modelo único, exclusivo y excluyente,
es propio de un programa político más que de las líneas generales de un plan
democrático y plural, lo cual es violatorio de la Constitución y de los Derechos
Humanos, pero que se puede pedir de quienes tienen un PHD en la materia de violar DDHH.
Sí Francisco Herrera Luque viviera de
seguro podría escribir una enciclopedia completa sobre los Antireyes de la
Baraja: el destructor del país, el caudillo anticivil, el bárbaro de la
educación y la resurrector de la guerra, todos reunidos en un solo personaje y
en menos de 15 años y de como una sociedad les obstaculizó, día a día, sus
pretensiones hegemónicas.
Llueve… pero escampa
Que necesario lo que cuentas Miguel. Ojala nuestro estudiantes lo entendieran y aplicaran... La educación, la cultura y el conocimiento nos ayuda a hacernos libres; pero en Venezuela necesitamos más que eso....Gracias por semana a semana recordarnos que debemos luchar por una Venezuela que nos necesita.
ResponderEliminarYa lo decía Lord Acton: "Con un poder absoluto hasta a un burro le resulta fácil gobernar". Y en tiempos en los que la barbarie intenta imperar nada resulta más imperioso que someter por medio del control de la educación
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