Por Miguel Yilales
@yilales
No hay nada que paralice a los delincuentes
que el temor a ser encontrados y juzgados por sus desafueros. Así ocurrió con
Eichmann, que por mucho que huyó, se escondió y se cambio la identidad al final
fue encontrado, capturado y llevado ante la justicia por sus crímenes.
Esto viene a cuento porque la diáspora
venezolana, esa que tuvo que salir de un país que se les hizo extraño; la que
construyeron y alimentaron los más grandes traidores que hemos tenido; la que
huyó de su terruño por pensar distinto y por el miedo a morir en las mazmorras
y las catacumbas que regenta la policía política del país y la que se fue para
ver crecer a sus hijos y nietos porque en esta Tierra de Gracia los padres
entierran a los hijos por culpa de un hampa que a veces es gobierno y de un
gobierno que siempre es hampa, les dio por increpar en público a cuanto
boliburgues, ex funcionarios chavista y rojitos hijos de rojos padres que andan
por el mundo con los dineros esquilmados al erario y se dan vida de
marajá.
Enseguida surgieron algunas voces de
"elevada" estatura política a condenar y cuestionar, lo que a su
juicio, era una persecución que nada tenía que ver con lo político y constituía
un acoso que rayaba en el fascismo, con lo cual demostraron que desconocen de
las prácticas totalitarias, que no saben nada de valores democráticos y que se
comportan como agentes encubiertos del régimen con el cuento que los hijos
no son responsables de las trapacerías de los padres como que si el
aprovechamiento de los bienes provenientes de delitos no fuese también un
delito.
Ni herencia, ni lotería
Pareciera que a estos personajes se les
olvida que nadie, absolutamente nadie, con la profunda crisis económica que
generó el chavismo puede darse el lujo de comprar mansiones, adquirir lujosos
Mercedes Benz o disfrutar por el Caribe en costosísimos yates a menos que su súbito
enriquecimiento sea producto de una herencia de un familiar que nadie conocía y
que en su lecho de muerte decidió hacer millonario al pobretón hijo de vecina
que vive en Venezuela, una historia de telenovela sino fuese porque ese fue
otro producto de exportación proscrito por la revolución.
Quisiera que alguien explicara ¿Cómo un
"honesto" magistrado puede comprarse algunas propiedades de millones
de dólares sin que se haya ganado el premio gordo de la Lotería de Navidad de
España? ¿Cómo hace un "íntegro" golpista, que no le quedó pensión para subvencionar a sus hijos en París, Sídney, Nueva York o en Tucusiapón a
menos que haya sido ministro, viceministro, gobernador o presidente de la
Asamblea Nacional y durante su gestión se haya llenado los bolsillos a punta de
coimas, sobornos y del cuánto hay pa' eso? ¿De dónde saca un chavista que dice
ser probo para darse vida de acaudalado sin ser el afortunado poseedor del tíquet
premiado del Lotto de Miami?
A los hijos del establishment
chavista no les faltan medicinas, alimentos, ropa o calzados, no saben lo que
es consumir los productos de segunda que reparte el régimen como dádiva de
primera, no padecen la escasez de pañales, leche o tienen que acostarse con la
barriga pegada al espinazo, ninguno estudia en las universidades chimbas (con
sesgo ideológico, no son universidades) que han proliferado en esta suerte de
populismo educativo y no temen a ser una estadistica más de la violencia que
campea en el país porque andan en carros blindados y con escoltas.
Justicia con impunidad
Decía Thomas Mann que "la tolerancia
es un crimen cuando lo que se tolera es la maldad" y con estos perversos
delincuentes que se enriquecieron a costilla del sufrimiento de toda una
sociedad no se puede ser tolerante.
Ellos cultivaron los vientos que los
perseguirán porque no hay justicia con impunidad, mientras tanto les tocará calarse
los sermones, los regaños, la persecución y, sobre todo, los escraches porque
nosotros, por ahora, padecemos los insultos, la procacidad y la vulgaridad de
un desalmado que baila luego de que sus esbirros (uniformados o no) torturan y
asesinan a venezolanos; resistimos la represión y las bombas lacrimógenas del
camarada Padrino y sufrimos a su cómplice, el teniente-capitán Cabello, quien
"sugiere" (para los subalternos las sugerencias de los superiores son
órdenes) pasarle el carro por encima a quienes protesten y al siguiente día son
atropellados valerosos ciudadanos por unos cobardes militares montados en
tanquetas o en vehículos del Estado.
Llueve... pero escampa
De mi muy alta estima y consideración, a quien en el pasado fue mi instructor y mi guia, amigo y jefe, hoy tengo la oportunidad de saludar y felicitar por sus escritos, por su constancia y por su amor a la Patria.
ResponderEliminarHermano, hoy al igual que ayer, mi admiración y mis respetos. La Patria espera por un cambio y espero que nuestro pequeño aporte, contribuyan con un futuro diferente y de éxito.
Fuerte abrazo.
Excelente....de primera categoria ....felicitaciones
ResponderEliminarExcelente Miguel, lo comparto en mis redes
ResponderEliminarEl profesor Yilales nunca baja su nivel.¡Excelente!
ResponderEliminarEstupendo profesor de mucha verdad.
ResponderEliminarExcelente artículo Miguel.
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