Por Miguel Yilales
@yilales
El 6 de marzo del año pasado escribí un artículo que titulé
“El Madurazo”, sin pretender hacer quiromancia y menos para suplantar a esos
profetas que vaticinan lo obvio sino porque lo que estaba a la vista no
necesitaba anteojos. En su epílogo subrayé que: “Nicolás Maduro gobierna al
margen de la Constitución, violenta la institucionalidad y usa a su servil,
rastrero y ruin tribunal de (in)justicia para mutilar al Poder Legislativo; ser
recordado en la historia como un accidente, una tragedia o una desventura es lo
que le depara a un régimen que terminará en los libros como el Madurazo: un
fracaso en lo político, en lo económico, en lo social, en lo cultural y en nuestra
venezolanidad”.
Es que ese mismo tribunal que desde diciembre de 2015 se había
dedicado a destruir la legalidad, la justicia, la legitimidad, el derecho, la
institucionalidad, la constitucionalidad y la jurisprudencia en el país, que además
nos llevaba sin frenos por la bajada de Tazón para convertirnos en una comarca
de algún feudo del Medioevo, esta semana decidió acelerar la marcha para que el
desaguisado que apacienta y duerme en Miraflores, ya que por su aspecto, así se
embuta en esos liquilique negros, no trabaja ni hace ejercicios allí, ocupe el
lugar que le corresponde junto a los peores tiranos de la historia, esos que,
como decía Locke, ejercen el poder por encima del derecho, usan la fuerza para atornillarse
en el mando y apoyados en la injusticia ejercen la violencia política para
exterminar a sus adversarios o a quienes dejaron de serle útil.
Sin inmunidad y
usurpados
En un acto digno de incluir en las peores barrabasadas
jurídicas de la historia a estos infecundos magistrados se les ocurrió que podían
culminar el proceso de castración del Parlamento de un solo plumazo. Para ello
despojarían de la inmunidad parlamentaria a los diputados luego de acusarlos,
sin juicio ni debido proceso, de traidores por haber solicitado a la OEA que
aplicase la Carta Democrática Interamericana a nuestro país porque no hay
separación de poderes, respeto a los Derechos Humanos y por la suspensión (que
ya hiede a eliminación) de los procesos electorales.
No conforme con esto, en apenas 48 horas, les dio por emitir
otra sentencia, como quien da un cheque en blanco a un maula, en la que
autorizaba al poder ejecutivo, sin necesidad de los controles constitucionales
de la Asamblea, para celebrar contratos y asociaciones en búsqueda de más
endeudamiento (rematan el país al mejor postor) y de ñapa terminaba por abrogarse
las funciones legislativas que le faltaban porque ya se había apropiado de la
memoria y cuenta presidencial, de la aprobación del presupuesto y de la aquiescencia
para que se gobernara mediante decreto por una ficticia guerra económica.
Las sentencias de la Inconstitucional Sala, como llamarla de
otra forma si de sus oficinas no ha salido una sola línea apegada a la
Constitución, desataron dos demonios: por una parte que la comunidad
internacional, hasta ahora alcahuete del régimen e indiferente con nuestro
drama, alzase la voz para denunciar el golpe de Estado y por la otra que una chavista
uña en el rabo, lo cual evidencia las fisuras a lo interno del supuesto
monolito chavista y corrobora quienes son los primeros en abandonar los barcos
cuando se hunden, las catalogase de quebrantadoras del hilo constitucional.
Echarle Tipp-Ex a los
hechos
Lo más insólito de este golpe de Estado es que el
“independiente” poder judicial a instancia del “obediente y respetuoso” poder
ejecutivo hizo, entre gallos y medianoche, como el estudiante al que consiguen
copiándose en un examen y pretende que se desaparezcan las consecuencias si
borra el párrafo. Dieron un golpe para ver qué pasaba y como el repudio no les
agradó procuraron echarle Tipp-Ex a los hechos con lo cual se evidenció, por si
alguien lo dudaba, que en Venezuela la separación de poderes es un cuento de
caminos.
Pero ¿Qué más se puede esperar de un tribunal conformado por
unos magistrados sin credenciales, cualificaciones y designados de forma exprés
por el malhechor que presidía el parlamento en la legislatura anterior? Definitivamente
a ellos hay que catalogarlos como lo que son: charlatanes, chimbos, chambones, chapuceros
y chupópteros, por cierto palabras que no por casualidad empiezan con el mismo
dígrafo del apellido del felón que originó este tremedal nauseabundo en el que
se regodea la peste chavista.
Llueve… pero escampa
Excelente articulo.
ResponderEliminarExcelente tu apreciación sobre lo acontecido y todavía tendrás que analizar para lo que falta por suceder, ya que cualquier cosa va pasar o inventara el inquilino de Miraflores, para luego decir que no sabía a nada. Con tu permiso lo comparto
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