jueves, 7 de noviembre de 2013

La Dimensión Desconocida de la Revolución

Miguel Yilales
@yilales
Hacia finales de la década de los 50 del siglo pasado, Venezuela se movía al ritmo de la orquesta más popular de Venezuela, la Billo’s Caracas Boys y se vivía con la certeza de que hablar de política era una pasaje sin retorno a las celdas de la Seguridad Nacional. Era la política del terror militar.
Comienza el auge de las telenovelas televisivas destacándose “El Derecho de Nacer” y la transmisión de un programa que cuestionaba la verdad misma con episodios que recreaban un relato de fantasía, terror o ciencia ficción, rematado por un final sorprendente.
Escuchar la banda sonora de esa serie y al narrador, interpretado por Rod Serling, diciendo “Abramos esta puerta con la llave de la imaginación. Tras ella encontraremos otra dimensión, una dimensión de sonido, una dimensión de visión, una dimensión de la mente. Estamos entrando en… La Dimensión Desconocida”, era suficiente para que amas de casa, padres de familia e incluso los más pequeños quedaran subyugados a la pantalla chica.
Eran épocas en que The Twilight Zone la encontrábamos en la televisión.

El Macondo venezolano

Luego de muchos años, cuando parecía que nada podía sorprender a los venezolanos, en especial luego de pasados los primeros 14 años de este gobierno anterior que es el mismo actual, y disculpen las galimatías, vino el señor que conduce los destinos del país por voluntad del CNE a demostrar la verdadera dimensión desconocida que nos equiparaba al Macondo de “Cien años de soledad”.
Estamos en un país con cadáveres por doquier; en el que hacer un mercado es una carrera de obstáculos mezclada con las vicisitudes que debió pasar el soldado griego Filípides; donde los ciudadanos con “el mejor sueldo mínimo del mundo” deben subsistir con un poco más de un dólar diario, calculado al cambio Voldemort, porque el cambio oficial está predestinado solo a los atletas fantasmas que ni la ministra, ni su esposo, ni su basquetbolista suegro han visto, lo cual no es de extrañar sabiendo que hay un alma en pena deambulando por ahí, pero lo importante es que una empresa transnacional, y por ende apátrida, desapareció a los madurofollowers.
Parece ser que el servicio de microbloggin Twitter, en esos procesos inconsultos y arbitrarios que la empresa aplica para depurar cuentas, se dedicó a eliminar a los usuarios indocumentados y gasparines (no crean que sigo con lo de la aparición) que solo sirven para abultar el ego de quienes ven en el número de seguidores su grado de influencia.
Tal arbitrariedad hizo que el comandante inferior (solo puede haber un supremo) entrase en cólera. Es que la eliminación de cualquier fantasma podría suponer un ataque para borrar los fenómenos sobrenaturales de las apariciones, las reencarnaciones en pajaritos o las presencias que “aparecen y desaparecen solas” sin que nadie pueda peregrinar al lugar, lo cual debemos agradecer no vaya a ser que alguien madure la idea de instaurar horas de peregrinación a los túneles del Metro de Caracas.

Sin aguinaldos, sin aparecidos y sin seguidores

Si el CNE hubiese empleado la misma depuración que aplicó Twitter de seguro los resultados electorales hubiesen sido distintos, no solo porque los fantasmas siguen votando, sino porque hay exiliados que votan en el país estando en el extranjero, venezolanos express que nunca han oído el Alma Llanera o que fueron alimentados con bandeja paisa en su niñez y que se postulan a cargos para los que están inhabilitados por Ley.
Pero como la cosa no podía quedarse ahí, para celebrar que llegó noviembre se decretó el “Inicio de la Navidad”, que por primera vez desde que la instaurara el Papa Liberio en el año 354 no ocurre en diciembre, un hecho solo acaecido en el nuevo Macondo en el que la Natividad del Señor se anuncia con un mensaje de paz, reconciliación y amor en el que se ofrece “fuego al cañón” al que profese un culto distinto al oficial, según recitase un barbarito ministro.
Decretar el inicio la navidad antes de tiempo sin aguinaldos y amenazando con plomo a los que piensan distinto, preocuparse por los aparecidos y no por los que desaparecen por culpa del hampa desatada, enfurecerse porque el imperio y sus lacayos (me refiero a Twitter, Inc) depuran el fraude de las cuentas fantasmas, son indicios que el país vive realidades que superan a la ficción y en el que se espera por ese desenlace sorprendente que nos haga volver de La Dimensión Desconocida que es esta revolución.

Llueve… pero escampa

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