miércoles, 11 de diciembre de 2013

¿Hubo o no hubo ganador?

Miguel Yilales
@yilales
En nuestra historia ha habido personajes que han debido llegar a gobernar y no lo hicieron. Hay quienes estuvieron a punto de ganar pero perdieron y no por eso se declararon vencedores.
De ese grupo podríamos referirnos a 2 personajes que el azaroso destino los hizo casi presidentes, pero siempre fue, casi. Tanto José Manuel “El Mocho” Hernández como Jóvito Villalba, pudieron ser pero no fueron.
La historia contrafactual como ejercicio académico es válida y como fuente para la ficción también. A pesar del que hubiese pasado sí… la realidad seguirá tal cual es.
En estos días luego de las elecciones regionales, mucho se ha escrito sobre quien resultó ganador. El gobierno y la oposición se atribuyen el triunfo, con lo cual asumen que no deben revisar nada.
La realidad es que estamos frente a situaciones más complejas que requieren una lectura profunda de los resultados. Plantear la discusión entre victoriosos y derrotados es, en el habla popular, caernos a coba.

Elementos que edulcoraron la píldora

Hitler y Bonaparte, cada uno en su tiempo, se plantearon invadir la madre patria rusa convencidos de que lo lograrían, nadie en su sano juicio saldría a decir hoy que la derrota sufrida por los ejércitos napoleónicos o nazis, en su camino a la conquista de Moscú, fue una victoria.
Y para no ir tan lejos, la debacle de nuestra selección en las eliminatorias que nos permitirían acceder a la cita mundialista del balompié podría considerarse un éxito cuando no llegamos, claro siempre habrá quien encuentre una lección y como tal una ganancia, pero en términos absolutos ¿Quién habla del triunfo Vinotinto?
Sí la oposición se planteó la meta de hacer de esta elección un plebiscito y no obtuvo la mayoría del fervor popular, traducida en votos, no puede ser considerado una victoria. Sí el gobierno se trazó como objetivo pulverizar a la oposición y esta creció cuantitativa y cualitativamente (por las alcaldías conquistadas), tampoco puede incluirse en el palmarés gubernamental.
El gobierno se quedó con los crespos hechos en metas que eran vitales y en los que empeñaron sus mejores fichas, sacar a Ernesto Villegas y que lo derrotase Antonio Ledezma o que los artistas (¿?) más emblemáticos del chavismo hayan corrido en Baruta y Sucre para morder el polvo de la derrota, ni por asomo merece una ovación del gobierno; para el oficialismo la deslegitimación planteada por la oposición nunca se concretó y por el contrario se bañó de legalidad con unos resultados que le fueron favorables.

Reflexiones en ambos sentidos

Decir que el gobierno con poco más de 4 millones de sufragios obtuvo 240 burgomaestres (menos de los que tenía) y la oposición con poco más de 4 millones de votos obtuvo 75 alcaldías (más de las que tenía) es irrefutable. Expresar que la oposición conquistó victorias importantes en las capitales más pobladas del país es una perogrullada.
Que el mensaje del gobierno, a pesar del abuso de poder y de la manipulación mediática a su antojo, no permea en las ciudades es innegable, pero así como el mensaje gubernamental no llega a las ciudades el de la oposición no alcanza a los zonas menos pobladas.
De estas elecciones debieran surgir revisiones del gobierno y de la oposición.
Aunque suena utópico esperar un escrutinio democrático de un gobierno que no cree en la democracia, y que por el contrario se comporta despótica y de forma atrabiliaria como se desprende de sus discursos y actuaciones iniciales, sería lo deseable.
Lo que sí es necesario y anhelado es que la oposición deje a un lado los sectarismos internos, fructifique políticamente, de cabida a la pluralidad, la tolerancia y que se revisen los partidos tradicionales (agotados con una dirigencia periclitada) y las nuevas organizaciones (para que no terminen engolosinados por los triunfos). Que sí se habla de unidad la gente no perciba a un nido de víboras.
Seguir llorando porque no se puede hacer telepolítica es seguir de duelo y pretender enamorarse: o terminas el duelo o no te enamoras. Es el momento de evaluar los liderazgos y revisar el personalismo, enterrado con la Generación del 28 y resucitado por Hugo Chávez y por algunos opositores.
Mientras algunos se debaten entre “sí hubo o no hubo ganador”, creo que ganar Barinas, la cuna del comandante supremo y eterno, y Maturín, la del supremo y eterno subalterno que se cree Dios, dado su apellido, son tan joyas de la corona como Caracas y… esas no son conchas de ajo.

Llueve…pero escampa

6 comentarios:

  1. Es el momento para poner los pies en tierra y reflexionar.

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  3. Estimado Profesor, en términos de la pregunta dominguera de un sorteo del Kino ¿hubo o no hubo ganador?, considero sigue ganando la incertidumbre, acordando con su artículo que en un país democrático y sobre todo honesto ambas partes estarían revisando y mirando los puntos comunes para construir un mejor país, sin embargo, un gobierno que sólo esgrime ofensas que capitaliza a los más desposeídos abandonados ciertamente por gobiernos anteriores y una oposición cuya unidad luce tan débil como las velas que se inflan en función de la dirección en que el viento sople para ese momento, sólo puedo decir que todos los venezolanos pérdimos, porque aún, en mi humilde opinión nos hace falta querer a esta Venezuela y cambiar como personas para cambiar esta tierra que es y seguirá siendo noble. Saludos.

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    1. Estimado Ricardo, en ese sentido apunta mi artículo y creo que trataré de reflexionar sobre el mismo tema en el próximo. Uno de nuestros grandes errores como actores políticos es creer que no tenemos cuota de responsabilidad y al contrario esa es nuestra mayor responsabilidad, Usaré algunas de las ideas plasmadas por ti, para iniciar mi próximo artículo. Saludos

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  4. En VENEZUELA existe un gran problema, pero es de conciencia y no político, aparte de la de falta de conciencia, la alta ignorancia en que han sumergido al pueblo en la supuesta lucha por Educar al pueblo, “dándole la facilidad de superarse y regalándoles todo lo que supuestamente necesitan” han logrado que el pueblo les apoye manteniéndolos en el poder a pesar que están destruyendo todos los recursos y riquezas del país, la otra mitad apoya a una oposición que día día siguen cometiendo los mismos errores , tal esta el caso de la alcaldía de Ciudad Bolívar donde nuevamente en virtud de unirse se separaron perdiendo así una de las Ciudades que mas opositores tienen, y de esa forma demuestran que lo que les sigue interesando son sus intereses personales y agrandar su patrimonio económico. Dándole la espalda al pueblo dividiendo para que las cosas empeoren.
    Como dice Daniel Montero en este articulo y cito textualmente sus palabras. LLEGO LA HORA DE PONER LOS PIES SOBRE LA TIERRA. ¿Hubo o no hubo ganador? Yo diría… NO, no hubo ganador, hubo un perdedor, EL PUEBLO. Porque mientras no miremos el futuro seguiremos perdiendo a VENEZUELA viendo como se despedaza y no hacemos nada, así como se monto Chávez porque estábamos cansados ya llego la hora de montar a otro y así como lo montamos sino trabaja bien bajarlo sin apasionamientos y verán que el que llegue mas tarde lo hará MEJOR. Profesor Miguel Yilales gracias por cada día compartir con nosotros estos temas, tremendos temas y disculpe lo crudo de mis palabra y tal vez este equivocado pero quise participar asi saludos. Les invito a ver este VIDEO. http://www.youtube.com/watch?v=oAHmGLf8rOw

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