jueves, 26 de diciembre de 2013

Un venturoso 2015

Miguel Yilales
@yilales
En algunos lugares, el comienzo del año se festeja con la tradición de las 12 uvas, que de acuerdo al ritual deben engullirse con cada campanada del nuevo año y un deseo, algo así como pensar, degustar y no morir, atragantado, en el intento.
Después vendrán los brindis y los propósitos de alcanzar metas, para finalmente degustar la cena de fin de año.
Esta tradición viene desde la antigüedad. Los pueblos del mundo se dieron cuenta de que, trascurrido cierto tiempo, las estaciones se repetían, los cultivos volvían a crecer y las lluvias retornaban para regar las nuevas semillas. Un eterno retorno al principio.
Para los babilonios esa repetición de las estaciones era un motivo digno para celebrarse e instauraron un ciclo de 11 días de fiesta, que comenzaba cuando la primavera describía sus primeros trazos entre los jardines colgantes.
En cambio los egipcios recibían con algarabía las señales que preludiaban el nuevo año: el Nilo empezaba a crecer y el caudal se hacía propicio para la siembra.
Desde siempre, el nuevo año ha significado el festejo de un porvenir, una victoria que se desea pero que no ha ocurrido, un elogio a la esperanza cada 365 días.

Deseos que no empreñan

Antes de iniciar este artículo, el 52 del año, hice una lista de buenos deseos para mis hijos, para mi familia, para mi… todo iba bien hasta que comencé a elaborar los de esta Tierra de Gracia.
Y no es que no lo desee, es más lo anhelo, porque ser venezolano es aspirar lo mejor para nuestra tierra, afanarse por ser un país del primer mundo, con grandes vías, con menores índices de pobreza, sin indigentes, sin torres de David, sin rencores y odios por la política, donde no estemos divididos entre ellos y nosotros.
Pero desear un venturoso 2014, solo sería posible como parte de un desvarío.
Según las estimaciones de los economistas, lo que viene es joropo, el problema es que nos agarra sin alpargatas, porque el gobierno en su afán por ganar apoyos foráneos le dio por regalarlas a otros países.
Pero como las cosas no quedan ahí, decidieron 14 años después rectificar, no por los diálogos o por las leyes de amnistía que se estudian y nunca llegan, sino con el precio de venta de la gasolina, que en la onda del precio justo, se percataron era necesario aumentarla.
Asimismo como saben que el dólar oficial es inmanejable e irreal, quienes viajen a partir del 31 de diciembre deberán adquirir su cupo a través de las subastas del SICAD o con el precio referencial de este, según dejó ver el superministro que maneja el “Excremento del Diablo”, con lo cual devalúan sin devaluar.
El río Guaire que debía estar saneado para este 2014, aun sigue siendo depositario de aguas grises y negras de toda la gran Caracas, por lo que seguiremos siendo una ciudad que deposita sus detritos a las costas barloventeñas, uno de los parajes vacacionales de los mismos que la contaminan.

Un receso con olor a trabajo

En cuanto a la política, tendremos una larga pausa electorera, luego de que en 14 años hayamos tenido 17, si como se lee, 17 procesos eleccionarios. Es que el sistema diseñado por los constituyentes, con muy buen asesoramiento, estaba montado para que no tuviésemos períodos concurrentes y se evitaran procesos megaeleccionarios, con lo cual se podría hablar del sistema democrático perfecto.
La lucha contra la corrupción, viniese de donde viniese, quedó solo para la habilitación de los poderes extraordinarios presidenciales y los titulares de la prensa. Es decir en una pausa hasta las elecciones parlamentarias.
Asimismo ocurrió con la disminución de los índices delictivos e inflacionarios, esto por dos vías bien por la supresión de las cifras oficiales, no necesariamente reales, como lo ocurrido con la inflación de noviembre suprimida por decisión del Banco Central o con la violencia por criminalización de quien informe sobre ella.
Estas y otras razones me hacen desear un venturoso 2015, porque creo que entre los desaciertos del gobierno, lo errático de la oposición, el populismo desenfrenado, la corrupción roja desordenada y licenciosa, la escasez de los bienes de primera necesidad, la inflación escalando al top 1 del mundo, la inseguridad a niveles indescriptibles y sin líderes, pareciera que el 2014 no se alejará mucho de la realidad vivida en estos tres lustros revolucionarios.
A pesar de ello y de quienes critican que critiquemos, seguiremos tecleando y luchando para que el próximo año no tengamos que diferir los deseos de buenaventura para el 2016.

Llueve… pero escampa

3 comentarios:

  1. Esperemos que esos deseos solo se demoren un año. Aunque siento que tenemos 14 años rezagados de la historia. Con la escasez que afrontamos ya ni lluvia habrá un día de estos. Así que habrá que cambiarle el título a la columna.

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    1. Estimado amigo, hay cosas que por más que quieran no podrán cambiar, usted lo sabe y yo también. Nos ha tocado entrar rezagado a los 3 últimos siglos y aun así hemos salido adelante. Cuando la lluvia escasee será porque escampó, pero vendrán otro tipo de lluvias
      Felicidades

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