Por Miguel Yilales
@yilales
Los niveles de confianza entre los venezolanos (eso incluye
a los que se han ido) han sido dinamitadas como consecuencia de haber estado cobijados
bajo el imperio de la mentira, el engaño y la falsedad, única forma de actuar
de quienes han dirigido los destinos del país por 18 años.
Mentirosos con poder son poderosos con mentiras |
Cuando se instauraron en el poder afirmaron que eran
demócratas y ya sabemos que no lo son; abjuraron del comunismo y del socialismo
y a nadie le queda duda que se acogieron bajo las alas de los más perversos dinosaurios
de la izquierda latinoamericana y mundial; aseveraron que no expropiarían y
defenderían la propiedad privada pero apuntaron sus baterías para robar al exitoso,
destruir el aparato productivo y arruinar a la empresa privada; ratificaron,
una y otra vez, que acabarían con la pobreza, con los niños de la calle, con la
miseria y hoy hay más pobres, la gente se alimenta luego de hurgar en la basura
y los niños suplican en las carnicerías por pellejos para saciar el hambre y son
los mismos que decían construir un país potencia que ahora solo tiene capacidad
para exportar las desventuras de los expatriados.
Los que instituirían una democracia participativa y
protagónica nos convirtieron en un Estado fallido, sin instituciones, sin
equilibrio de poder y sin las condiciones mínimas para interactuar en el marco
internacional, a menos que sea entre los sátrapas, tiranos y dictadores que
todavía pululan en el orbe.
Arruinados y
destruidos
Barricas de güisqui |
En cualquier país del mundo al transcurrir 18 años una
persona alcanza la mayoría de edad, se emancipa y se supone que abandona la
educación básica para iniciarse en la universitaria, es también el período que
necesitan permanecer, ciertos destilados de malta escoceses, en barricas de
robles para ofrecerlos a los paladares más exigentes y es la etapa máxima que
alcanzan a vivir algunas mascotas (perros y gatos) lo cual es una largo devenir
en la vida animal (y en la vida política). En ese transcurso los delincuentes
de cuello rojo se repartieron un botín llamado Venezuela.
Al momento que el cadáver insepulto llegó al poder aún no
existían las redes sociales: Twitter, Facebook, Instagram, LinkedIn eran ideas
que no veían la luz. La comunicación instantánea y las video llamadas cuentos
de películas y series de ficción. Por eso resultó más fácil, con la complicidad
de algunos medios de comunicación, ofrecer la destrucción del país porque resurgiría
esplendoroso como el Ave Fénix.
En ese autobús se montaron todos los resentidos y rencorosos
que buscaban venganza, mientras se enriquecían con facilidad: unos hermanos que
renegaban por el asesinato de su padre, un confeso secuestrador, delatado por
sus propios camaradas; unos uniformados que necesitaban asirse a la liana que
los ascendieran de las catacumbas en que se encontraban por merito propio; unos
encapuchados, mediocres, mal hablados, ignorantes, reposeros y sin vergüenzas
que siempre necesitaron de muletas ideológicas para medio ser o medio existir. Toda
una pestilencia sin cura en que la mentira y la manipulación ha sido su
esencia.
El ascenso de la
mediocridad
Ellos se engañan a sí mismo y a todos los demás: el heredero
con doble nacionalidad (siempre negada) cree que aparenta algo de sapiencia cuando
habla aunque todos sepamos que es la suma exponencial de la ordinariez, la
incultura y la chabacanería, mientras que el capitán cavernícola se la pasa en mítines,
reuniones y templetes pero niega, a diestra y siniestra (aunque su naturaleza solo
es siniestra), estar en plena campaña preelectoral.
Por eso es que indigna que desde la acera de enfrente se
usen los mismos modos, desespera que el encargado de las relaciones
internacionales de la MUD, luego que hizo turismo para denunciar el talante antidemocrático
del régimen, despotrique del MERCOSUR porque exigen cumplir con las normas de
adhesión, con lo cual no sabe si mintió antes o lo hace ahora, y exaspera que los
supuestos líderes omitan decir que sí no se recogen las firmas antes del 12 de
octubre no dan los lapsos máximos (menos sino se presiona con calle a un CNE en
los límites) para que el revocatorio sea antes del 10 de enero.
Los venezolanos no estamos para medias tintas o mentiras
blancas, por ello se le exige a quienes dirigen que actúen con la entereza que
la crisis amerita y no cuando quedan en cueros con unas medias verdades que a
final de cuentas, como dicen Los Amigos Invisibles, son puras mentiras.
Llueve… pero escampa
Miguel, Entre la mitomanía chavista y la mitomanía opositora el país se hunde vertiginosamente en el abismo de la miseria. El único perdedor: Un país llamado Venezuela.
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