domingo, 2 de abril de 2017

Un golpe que pretenden borrar con Tipp-Ex

Por Miguel Yilales
@yilales
El 6 de marzo del año pasado escribí un artículo que titulé “El Madurazo”, sin pretender hacer quiromancia y menos para suplantar a esos profetas que vaticinan lo obvio sino porque lo que estaba a la vista no necesitaba anteojos. En su epílogo subrayé que: “Nicolás Maduro gobierna al margen de la Constitución, violenta la institucionalidad y usa a su servil, rastrero y ruin tribunal de (in)justicia para mutilar al Poder Legislativo; ser recordado en la historia como un accidente, una tragedia o una desventura es lo que le depara a un régimen que terminará en los libros como el Madurazo: un fracaso en lo político, en lo económico, en lo social, en lo cultural y en nuestra venezolanidad”.
Es que ese mismo tribunal que desde diciembre de 2015 se había dedicado a destruir la legalidad, la justicia, la legitimidad, el derecho, la institucionalidad, la constitucionalidad y la jurisprudencia en el país, que además nos llevaba sin frenos por la bajada de Tazón para convertirnos en una comarca de algún feudo del Medioevo, esta semana decidió acelerar la marcha para que el desaguisado que apacienta y duerme en Miraflores, ya que por su aspecto, así se embuta en esos liquilique negros, no trabaja ni hace ejercicios allí, ocupe el lugar que le corresponde junto a los peores tiranos de la historia, esos que, como decía Locke, ejercen el poder por encima del derecho, usan la fuerza para atornillarse en el mando y apoyados en la injusticia ejercen la violencia política para exterminar a sus adversarios o a quienes dejaron de serle útil.
Sin inmunidad y usurpados
En un acto digno de incluir en las peores barrabasadas jurídicas de la historia a estos infecundos magistrados se les ocurrió que podían culminar el proceso de castración del Parlamento de un solo plumazo. Para ello despojarían de la inmunidad parlamentaria a los diputados luego de acusarlos, sin juicio ni debido proceso, de traidores por haber solicitado a la OEA que aplicase la Carta Democrática Interamericana a nuestro país porque no hay separación de poderes, respeto a los Derechos Humanos y por la suspensión (que ya hiede a eliminación) de los procesos electorales.
No conforme con esto, en apenas 48 horas, les dio por emitir otra sentencia, como quien da un cheque en blanco a un maula, en la que autorizaba al poder ejecutivo, sin necesidad de los controles constitucionales de la Asamblea, para celebrar contratos y asociaciones en búsqueda de más endeudamiento (rematan el país al mejor postor) y de ñapa terminaba por abrogarse las funciones legislativas que le faltaban porque ya se había apropiado de la memoria y cuenta presidencial, de la aprobación del presupuesto y de la aquiescencia para que se gobernara mediante decreto por una ficticia guerra económica.
Las sentencias de la Inconstitucional Sala, como llamarla de otra forma si de sus oficinas no ha salido una sola línea apegada a la Constitución, desataron dos demonios: por una parte que la comunidad internacional, hasta ahora alcahuete del régimen e indiferente con nuestro drama, alzase la voz para denunciar el golpe de Estado y por la otra que una chavista uña en el rabo, lo cual evidencia las fisuras a lo interno del supuesto monolito chavista y corrobora quienes son los primeros en abandonar los barcos cuando se hunden, las catalogase de quebrantadoras del hilo constitucional.
Echarle Tipp-Ex a los hechos
Lo más insólito de este golpe de Estado es que el “independiente” poder judicial a instancia del “obediente y respetuoso” poder ejecutivo hizo, entre gallos y medianoche, como el estudiante al que consiguen copiándose en un examen y pretende que se desaparezcan las consecuencias si borra el párrafo. Dieron un golpe para ver qué pasaba y como el repudio no les agradó procuraron echarle Tipp-Ex a los hechos con lo cual se evidenció, por si alguien lo dudaba, que en Venezuela la separación de poderes es un cuento de caminos.
Pero ¿Qué más se puede esperar de un tribunal conformado por unos magistrados sin credenciales, cualificaciones y designados de forma exprés por el malhechor que presidía el parlamento en la legislatura anterior? Definitivamente a ellos hay que catalogarlos como lo que son: charlatanes, chimbos, chambones, chapuceros y chupópteros, por cierto palabras que no por casualidad empiezan con el mismo dígrafo del apellido del felón que originó este tremedal nauseabundo en el que se regodea la peste chavista.

Llueve… pero escampa

2 comentarios:

  1. Excelente tu apreciación sobre lo acontecido y todavía tendrás que analizar para lo que falta por suceder, ya que cualquier cosa va pasar o inventara el inquilino de Miraflores, para luego decir que no sabía a nada. Con tu permiso lo comparto

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