sábado, 5 de julio de 2014

Pa’ tras como el cangrejo

Miguel Yilales
@yilales
Cuando Julio Cesar gobernaba el mundo occidental nunca se imaginó que con su nombre sería bautizado un mes del año y que este período fuese a significar tanto.
Originalmente este mes era el quinto del primitivo calendario romano y se llamaba Quintilis, porque era el quinto mes del año y con las modificaciones del calendario por Julio Cesar, pasó a ser el séptimo pero lo continuaron llamando Quinto, con lo cual ya denotaba lo complicado que sería.
Después del asesinato de Julio César, Marco Antonio obtuvo la aprobación del senado romano en el 44 AC para cambiar el nombre de Quintilis por el de Iulius, en su honor, por ser el mes en que había nacido César, el mismo mes en que nació el comandante eterno.
Dicen que en las cavilaciones palaciegas de Miraflores, con un país sin problemas económicos, con niveles de pobreza llegando a cero, con una economía boyante, sin delincuencia, envidia tecnológica del mundo y si no fuese porque Julio Cesar fue Julio Cesar, a alguien se le pudiese ocurrir cambiar el nombre del mes por Hugus o Chavius, basado en que sí los dos nacieron en el mismo mes, los dos fueron militares (¿?), los dos murieron traicionados (uno en el senado romano y el otro en un quirófano malsano) ¿Por qué no equipararlos? Lo bueno es que, hasta ahora, hay tantas cosas que bautizar con el nombre del hijo de Sabaneta, que deben haber dejado lo del mes para después.

Julio ha dado para todo

No sé si por ser la mitad del año o por ser el inicio del verano boreal y el invierno austral, pero julio siempre ha marcado cambios importantes en nuestras vidas.
Julio desde épocas inmemorables ha sido crucial. Se conmemoran hechos importantes como las independencia nuestra y la de nuestro odiado y repugnado enemigo político pero aliado comercial (eso sí es un dislate); se conmemora la Toma de la Bastilla con la que la historia se divide en el antes y después de una verdadera Revolución; los gauchos, los neogranadinos, los sandinistas, los cholos y los mapuches (los narradores de fútbol, con eso de llamar a las selecciones con sinónimos que no lo son, terminan contagiando a todo el mundo) tienen que celebrar en este mes.
Pero no todo son glorias y fiestas, hasta los republicanos y los nacionalistas españoles saben que en esta época se inició la etapa más gris de su historia, así como en Cuba el fraude más grande de la historia, porque nadie que visite La Habana puede creer que hace 60 años la isla era una joya del Caribe, cuando hoy llega a bisutería.
Hasta el imperio norteamericano dejó huella en la historia, con aquel “pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad” que pronunciara Neil Armstrong un 21 de julio de 1969.
También es julio el mes en que se reconoce el valor de Nelson Mandela y su dedicación al servicio de la humanidad a través de su labor humanitaria, la lucha por la democracia y a la promoción de una cultura de paz en todo el mundo, una verdadera ironía cuando hay países, socios de esta revolución, que ven con buenos ojos el regreso de la explotación infantil, con trabajo para niños de 10 años.

Otro julio perdido

A pesar de ser una etapa marcada por las vacaciones, celebraciones, independencias, alunizajes y libertades hay algunos que les ha dado por pelear, despotricar y blasfemar a todo el que no piense como ellos.
Los epítetos quedan cortos al momento de descalificar al contrario, lo cual me hace recordar que en esta misma época un conspicuo golpista, opositor de oportunidad y hoy gobernador, sacó una gallina para hacer creer a los incautos que él era una alternativa, cuando en realidad era un fantoche que legitimaba aquel proceso electoral del año 2000. En esa época sus dotes de saltimbanqui aun eran desconocidos.
Que en este mes llegase al mundo un demócrata, un libertador y un autócrata no tiene nada de especial, lo particular es que en pleno siglo XXI, existan aún personajes que sigan defendiendo una lasaña ideológica en la que les parece fácil unir el pensamiento bolivariano, el de Simón Rodríguez, el de un asaltante de caminos, al cual le han sumado, luego de la muerte del héroe del Cuartel de la Montaña, los de Miranda y de Sucre.
Lamentablemente este mes de julio será igual que los anteriores de esta revolución. Lamentablemente hemos llegado tarde a los siglos: El XIX lo vimos en 1830, el XX en 1936 y este aun no llega. Es que en Venezuela, los inicio de siglo, siempre nos agarra caminando como el cangrejo.

Llueve… pero escampa

3 comentarios:

  1. Iulius Vini, Vidi, Vinci (Vino, vio y conquisto)

    Hugus o Chavius Vino la puso y se fue

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  2. Excelentes comentarios, dilecto amigo amigo. Vamos pa´ trás como el cangrejo. Y lo peor es que no sabemos hasta donde llegaremos, Quizás al Siglo XIX? Qué tragedia..!!!

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  3. Espectacular, la reflexión es, escampará?

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