Miguel Yilales
@yilales
Cuando Julio Cesar gobernaba el mundo occidental nunca se
imaginó que con su nombre sería bautizado un mes del año y que este período
fuese a significar tanto.
Originalmente este mes era el quinto del primitivo
calendario romano y se llamaba Quintilis,
porque era el quinto mes del año y con las modificaciones del calendario por
Julio Cesar, pasó a ser el séptimo pero lo continuaron llamando Quinto, con lo
cual ya denotaba lo complicado que sería.
Después del asesinato de Julio César, Marco Antonio obtuvo
la aprobación del senado romano en el 44 AC para cambiar el nombre de Quintilis
por el de Iulius, en su honor, por ser el mes en que había nacido César, el
mismo mes en que nació el comandante eterno.
Dicen que en las cavilaciones palaciegas de Miraflores, con
un país sin problemas económicos, con niveles de pobreza llegando a cero, con
una economía boyante, sin delincuencia, envidia tecnológica del mundo y si no
fuese porque Julio Cesar fue Julio Cesar, a alguien se le pudiese ocurrir
cambiar el nombre del mes por Hugus o Chavius, basado en que sí los dos
nacieron en el mismo mes, los dos fueron militares (¿?), los dos murieron
traicionados (uno en el senado romano y el otro en un quirófano malsano) ¿Por
qué no equipararlos? Lo bueno es que, hasta ahora, hay tantas cosas que
bautizar con el nombre del hijo de Sabaneta, que deben haber dejado lo del mes
para después.
Julio ha dado para
todo
No sé si por ser la mitad del año o por ser el inicio del
verano boreal y el invierno austral, pero julio siempre ha marcado cambios
importantes en nuestras vidas.
Julio desde épocas inmemorables ha sido crucial. Se
conmemoran hechos importantes como las independencia nuestra y la de nuestro
odiado y repugnado enemigo político pero aliado comercial (eso sí es un
dislate); se conmemora la Toma de la Bastilla con la que la historia se divide
en el antes y después de una verdadera Revolución; los gauchos, los
neogranadinos, los sandinistas, los cholos y los mapuches (los narradores de fútbol,
con eso de llamar a las selecciones con sinónimos que no lo son, terminan
contagiando a todo el mundo) tienen que celebrar en este mes.
Pero no todo son glorias y fiestas, hasta los republicanos y
los nacionalistas españoles saben que en esta época se inició la etapa más gris
de su historia, así como en Cuba el fraude más grande de la historia, porque
nadie que visite La Habana puede creer que hace 60 años la isla era una joya
del Caribe, cuando hoy llega a bisutería.
Hasta el imperio norteamericano dejó huella en la historia,
con aquel “pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”
que pronunciara Neil Armstrong un 21 de julio de 1969.
También es julio el mes en que se reconoce el valor de
Nelson Mandela y su dedicación al servicio de la humanidad a través de su labor
humanitaria, la lucha por la democracia y a la promoción de una cultura de paz
en todo el mundo, una verdadera ironía cuando hay países, socios de esta
revolución, que ven con buenos ojos el regreso de la explotación infantil, con trabajo
para niños de 10 años.
Otro julio perdido
A pesar de ser una etapa marcada por las vacaciones,
celebraciones, independencias, alunizajes y libertades hay algunos que les ha
dado por pelear, despotricar y blasfemar a todo el que no piense como ellos.
Los epítetos quedan cortos al momento de descalificar al
contrario, lo cual me hace recordar que en esta misma época un conspicuo
golpista, opositor de oportunidad y hoy gobernador, sacó una gallina para hacer
creer a los incautos que él era una alternativa, cuando en realidad era un
fantoche que legitimaba aquel proceso electoral del año 2000. En esa época sus
dotes de saltimbanqui aun eran desconocidos.
Que en este mes llegase al mundo un demócrata, un libertador
y un autócrata no tiene nada de especial, lo particular es que en pleno siglo
XXI, existan aún personajes que sigan defendiendo una lasaña ideológica en la que
les parece fácil unir el pensamiento bolivariano, el de Simón Rodríguez, el de
un asaltante de caminos, al cual le han sumado, luego de la muerte del héroe
del Cuartel de la Montaña, los de Miranda y de Sucre.
Lamentablemente este mes de julio será igual que los
anteriores de esta revolución. Lamentablemente hemos llegado tarde a los
siglos: El XIX lo vimos en 1830, el XX en 1936 y este aun no llega. Es que en
Venezuela, los inicio de siglo, siempre nos agarra caminando como el cangrejo.
Llueve… pero escampa
Iulius Vini, Vidi, Vinci (Vino, vio y conquisto)
ResponderEliminarHugus o Chavius Vino la puso y se fue
Excelentes comentarios, dilecto amigo amigo. Vamos pa´ trás como el cangrejo. Y lo peor es que no sabemos hasta donde llegaremos, Quizás al Siglo XIX? Qué tragedia..!!!
ResponderEliminarEspectacular, la reflexión es, escampará?
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