Miguel Yilales
@yilales
En la cultura occidental las ratas tienen connotaciones
negativas porque son percibidas como unos animales peligrosos, sucios, fuente
de enfermedades, parasitarios y ladrones de comida. Describir a una persona “como
una rata” implica generalmente que está envuelta en algo sospechoso y
deshonesto, que pertenece al hampa o es un informante y delator.
Recuerdo que hace algún tiempo escuché en la radio un tema
que me llamó la atención. Es de esas canciones que la gente llama corta venas, un
despecho de principio a fin que hablaba precisamente de una rata.
La letra se refería a un despreciable animal rastrero, que
de paso era un adefesio mal hecho, un infrahumano y además un espectro del
infierno, que solo puede compararse con una alimaña, una culebra ponzoñosa, un desecho
de la vida, una sanguijuela, una cucaracha que infecta donde pica, un inútil y
una hiena del averno.
Sí algo se parece al amor es la política o viceversa. Ambos
son apasionados y ardientes, no son objetivos, ni desinteresados, mucho menos
equilibrados y jamás renunciativos (nadie dice “se lo dejo a usted” para
demostrar desprendimiento), son monotemáticamente obsesivos y por supuesto
socialmente imprescindibles. Son tan similares que sufren de los mismos trastornos:
el abandono, la apostasía, la apatía, el desanimo y, el peor de todos, la
traición.
Con madriguera y todo
En los últimos años hemos experimentado la mayor traición
cometida en Venezuela. Quienes se postulaban como los salvadores de la crisis
que se vivía en el país, que además acabarían con la corrupción porque la
eficiencia gubernamental sería su bandera y que lo convertirían en una potencia
económica, social, deportiva, política e industrial, lo terminan dejando en el
abandono, con la inflación más alta del continente y una de las más altas del
mundo, con una sociedad que mendiga y deambula en busca de los productos de la
cesta básica, que no tiene electricidad, agua potable, viviendas dignas,
vialidades decentes, con una moneda debilucha frente a otros signos y donde los
pranes administran la inseguridad junto a ministros, jueces, fiscales, diputados
y militares.
Todo esto viene a cuento porque en días recientes empezó a
salir a la luz pública una serie de documentos, artículos de prensa y trabajos
de investigación periodística que supuestamente confirman que desde que se
inició este disparate de revolución hay en sus filas un capo (lo cual era un
secreto a sottovoce) que era dueño de empresas, negocios, centros comerciales, emporios
que administra a través de testaferros y con capacidad para contratar a famosos
artistas cubanoamericanos para que le den lecciones de canto a la hija.
El teniente-capitán que dirige la Asamblea Nacional y da
órdenes a los diputados que hacen vida en ella, nunca ha demostrado de donde salieron
los fondos para el estilo de vida que ostenta, pero seguro estoy que no provienen
de la pensión militar (no le quedó al dársele de baja), de la dieta
parlamentaria o de lo obtenido en CONATEL, los distintos ministerios y la vicepresidencia,
por lo cual el imaginario popular lo ha convertido en el pimentón de todos los
guisos.
Diosdado Today
Un Diosdado desencajado, y no me refiero al general que
interpreta Franklin Virguez en “El Señor de los Cielos”, se mostró ofendido por
las denuncias aparecidas en los periódicos internacionales y que fue
reproducida por la poca prensa nacional independiente que queda, y se querelló
con los editores porque se le acusaba sin presentar pruebas, no se presumía su
inocencia y se le sometía al escarnio público.
Atrás quedaron la destitución fraudulenta del curul de María
Corina Machado, nada que ver con las acusaciones infundadas contra Ledezma, López,
Ceballos, Scarano, Capriles y los estudiantes, ni siquiera mencionar a los
comisarios y policías sentenciados sin elementos de convicción y tampoco parece
relevante el sinnúmero de chismes, invenciones y embustes que supuestos
patriotas cooperantes le hacen llegar a su programa y que él usa para
desprestigiar sin presentar pruebas o presumir inocencia.
Desconozco si la canción de Paquita la del Barrio tenía
destinatario, en lo particular tengo a quien dedicarla, pero estoy seguro que
en el país hay más de uno dispuesto a cantarla a viva voz a los responsables de
la destrucción institucional de una nación que de exportadora de libertades terminó
protagonizando el narcotráfico, la corrupción y la violación a los derechos
humanos.
Llueve… pero escampa
Excelente articulo
ResponderEliminarSuper artículo... Profe, lo felicito, una vez más, se requiere parálisis cerebral para no ver reflejada, a través de este artículo, la FLAGRANTE REALIDAD que vive nuestro país. Gracias por su extraordinario trabajo. Dios lo bendiga!
ResponderEliminarSuper artículo... Profe, lo felicito, una vez más, se requiere parálisis cerebral para no ver reflejada, a través de este artículo, la FLAGRANTE REALIDAD que vive nuestro país. Gracias por su extraordinario trabajo. Dios lo bendiga!
ResponderEliminar"Despreciable animal rastrero, que de paso era un adefesio mal hecho, un infrahumano y además un espectro del infierno, que solo puede compararse con una alimaña, una culebra ponzoñosa, un desecho de la vida, una sanguijuela, una cucaracha que infecta donde pica, un inútil y una hiena del averno".
ResponderEliminarUNA FIEL DESCRIPCIÓN DE MÁS DE UNO DE LOS ROBOLUCIONARIOS