Miguel Yilales
@yilales
Recuerdo que en mi infancia, mis padres
siempre tenían una muchacha que los ayudaba, luego esa costumbre fue
desapareciendo, bien porque las condiciones económicas cambiaron o porque
habíamos crecido. Nunca la llamamos servicio, mucama o niñera porque en esa
época, ellas eran parte de la familia.
En las entrevistas de empleo nunca les
preguntaron ¿Manejo de armas de fuego y armas blancas? ¿Experiencia
adoctrinando niños? ¿Dispuesta a obedecer sin preguntar?
En mi memoria aún está fresco que mi vecina,
una ocumareña a quien quise como una tía, vivía con su nana, una hermosa negra
(ni se me ocurriría decirle afrodescendiente), jovial, respetuosa, cariñosa,
caraquista y quien me preparaba 9 arepas cada vez que blanqueban a mi equipo. Me
hizo reír, llorar y bailar pero nunca necesitó o usó arma alguna para que la
respetase.
Todo esto viene a cuento porque resulta que
una revolucionaria empleada de un ministro socialista, protector de Miranda y que
muchos recuerdan por el uso de la capucha cuando era universitario, la
capturaron en un aeropuerto brasileño por llevar un arma en su equipaje.
Más
fiel que Rintintin
En las primeras de cambio, muchos conjeturamos
que el arma encontrada a la infortunada nodriza era parte de los mecanismos de
persuasión que empleaba con los ministeriales niños, todo acorde con los nuevos
manuales de psicología infantil, revolucionaria, socialista y chavista.
Y de no ser eso de seguro tiene que ver con el
proceso de formación temprana de los defensores de la Revolución, porque no
cabe la menor duda de que en algún momento deben iniciarse, pistola en mano, los
que saldrán a combatir la invasión yanqui.
Lo que sorprende es que según la versión de la
niñera su misión era llevar el maletín porque la mandó su jefe, con lo cual
pudo haber transportado drogas, dólares, explosivos u otros elementos que se
encontrasen escondidos en la maleta y terminar siendo la mula, sin ánimo de
ofenderla, del ministro.
Uno no termina de entender qué hace un
revolucionario ministro, no con una niñera para sus infantes, ya que a pesar de
parecer un lujo burgués puede ser su cuota de contribución a la disminución del
desempleo, sino con armas (de ser suya) como alegaron.
De verdad imaginaba que todos estos pacifistas
revolucionarios habían cumplido con el “Plan Desarme” propuesto por el ministro
justiciero (no porque pertenezca a la tolda amarilla) quien garantizaría la
seguridad de todos los venezolanos con cuerpos policiales entrenados y
respetuosos de los derechos humanos, luego que todos entregaran las armas.
Sin embargo hay que reconocerle al desencapuchado
ministro que sí bien es cierto tener una niñera no es muy revolucionario, no sea
un Caballo de Troya uribista, apátrida y pitiyanqui como el que le metieron a
un diputado en su círculo íntimo (de seguridad por supuesto), él pudiese estar optimizando
los recursos, al crear un nuevo oficio: la niñera-escolta.
En la
IV y en la V
A principios del siglo pasado el que dirigía
los destinos del Venezuela como si fuese su hacienda particular, en un acto de
gobierno, inauguró la aviación civil y militar en Venezuela, años después el
otro que vio al país como su patio trasero, en un acto de demagogia, salió de
los aviones de PDVSA por ser un foco de corrupción que venía de la IV República,
con lo cual no quiero insinuar que no hayamos salido de la IV o que la V sea
más de la misma miasma.
Ahora que la estatal petrolera es roja, rojita
y el trabajo comunal y transformacional del país se lo encargaron al cesanteado
de Cancillería, de seguro que el uso de los aviones oficiales para trasladar a una
niñera no es peculado de uso, sino un interés superior del Estado.
Hace algunos años la única niñera que veíamos
por ahí, salía en televisión. Fran Fine una encantadora y simpática residente
de Queens, que por accidente se convirtió en la niñera de tres niños de un
productor de Broadway, Maxwell Sheffield, con quien termina casada.
Sabemos que el ministro no produce nada (por
supuesto que me refiero a espectáculos en Broadway, a menos que sea una especie
de Andrew Lloyd Webber revolucionario y trabaje en el montaje de Rats en lugar
de Cats), no es de la clase alta neoyorquina (aunque le ha dado por los gustos
de la 5th Avenue) y menos insinuamos
que vaya a terminar casado con la niñera, aunque no se sabe que puede pasar en
este “sitcom” revolucionario, en que la Nanny
termine convertida en una Pran-ny de
una cárcel brasileña.
Llueve… pero escampa
Quizás quiera emular a la afrodescendiente Matea que dio a beber lácteo revolucionario al que mencionan Libertador
ResponderEliminarEl Decepcionado de McDonalds podrá emitir cualquier excusa pero ¿Cómo alguien con la responsabilidad de un "Porte de Armas" la deja descuidada en una maleta que hasta sus hijas podrían agarrar y sufrir graves consecuencias.? El arma debería guardarla junto a los dólares en la misma caja de seguridad .... Buen artículo Prof Yilales.
ResponderEliminarSe podria decir: Nanny, una mujer de armas tomar
ResponderEliminarY a la fecha ningún personero del alto gobierno ha mencionado una sola palabra sobre la detención "ilegal" de la nanny ministerial, por llevar un arma de fuego que supuestamente es del sr. ministro y por equivocación se fue "camuflageada" entre las ropas de la nanny en su maleta, además de ir en vuelo privado de un avión de PDVSA airlines. Aquí es donde se ve la doble moral del gobierno.revolucionario .
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