Miguel Yilales
@yilales
Cada quien decide como lo recordará la historia, porque si
de algo sirve esta es para saber lo qué vivimos y cómo lo hicimos, quiénes
formaron nuestro pasado y cuánto se equivocaron.
Hace algún tiempo uno de esos eruditos que se creen
conocedores de todo y que fue adorado (aún hay quienes se babean por él) por
los ñángaras del continente, propuso que la historia lo absolvería como si se
tratase de un tribunal, cuando la realidad es que el único tribunal que lo
juzgará es la Corte Celestial, y por sus ejecutorias es dudoso que llegue a esa
instancia, y sea enviado directo al mismo círculo en que, según Alighieri, se
encuentran sus camaradas, muy cercano al centro donde está el traidor mayor:
Satanás.
Creo que nadie, en su sano juicio, quiere ser recordado por
traidor o por incapaz. En nuestra historia hay personajes que hubiesen deseado
otro tipo de muerte, histórica y política, que la que les tocó vivir, pero no
fue así, es más hay personajes que estuvieron predestinados a dirigir los
destinos del país, pero que en realidad solo les tocó, hacer un papel
secundario para los historiadores.
Hablar de un popular caudillo venezolano, diputado,
candidato presidencial, preso y sacado de la cárcel para que apoyar la proclama
contra la invasión insolente pudiera generar dudas si se trata de alguno de los
presos políticos del siglo XXI, pero nos referimos a ese general llamado “El
Mocho” Hernández que muy pocos conocen y muchos menos recuerdan hoy.
No solo ocurre en
esta Tierra de Gracia
Nadie creerá que a Mao Zedong le hubiese gustado ser rememorado
como el propulsor del Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural, momentos en
el que su poder alcanzó las cotas máximas al desarrollarse un intenso culto a
la personalidad en torno a su figura pero bañado por la sangre de 35 millones de
chinos o a Bill Clinton que a pesar de la recuperación económica alcanzada
durante su mandato en los Estados Unidos, la gente al oír su nombre piense en
habanos, pasantes y actos impropios.
Todo esto viene a colación porque nadie puede pensar que una
administración tan deficiente como la que nos ha tocado vivir en estos 16 años
haya sido planificada adrede así, aunque por las corrientes ideológicas escogidas
se suponía estaban predestinados al desengaño, porque nadie que ejecute lo
mismo por lo que fracasaron sus antecesores puede aspirar al éxito.
Lo lamentable es que hay personajes que al estar en la
oposición solo desean llegar a los cargos públicos para ser evocados por su
gestión, los cambios que generaron y la pulcritud en el manejo de la cosa
pública, aunque al final las corruptelas, la ineficiencia y la ineficacia sean
el leitmotiv de sus gestiones, como nos ocurrió a los venezolanos que cambiamos
populismo con más populismo, socialismo con más socialismo, corruptelas de la IV
con podredumbres de la V, porque el socialismo militarista del Siglo XXI es lo
más decrépito, decadente y ruinoso de la democracia civil.
Sabemos que estos grises personajes, que abundan en el
régimen y que pululan en la oposición, existen porque respiran, declaran porque
hablan y los vemos porque salen a la calle a buscar votos, simplemente desaparecerán
de la vida política del país cuando los manuales protocolares sean actualizados
para mencionar a quienes los sustituyeron, y de eso saben mucho los políticos y
los militares que reciben lisonjas mientras tienen el poder y hasta el día que
les toca entregar el poder a sus sucesores.
Menos Carujo y más
Vargas
Lo verdaderamente lamentable es que a estas alturas luego de
tanto desacierto socialista, las propuestas del sector opositor es que ellos si
representan al socialismo real, con lo cual demuestra que ni siquiera tienen
idea de que es lo que proponen como solución a este esperpento que nos ha
desgobernado por más de tres lustros.
Cuando se aspira que frente al autoritarismo se tenga más
participación y que de cara al despotismo poco instruido haya más ilustración, se
necesitan que surjan hombres justos como Vargas ante la proliferación de los
“Carujos” de la revolución bolivariana y que frente a los diputados
saltimbanquis que trepidan por las bravuconadas de militares de poca monta salgan
nuevos émulos de Fermín Toro que prefieran la muerte antes que la prostitución
practicada por algunos opositores, mientras tenemos que descubrir a tantos Judas
Iscariote que, ocultos tras una mantilla opositora, son más y peor de lo que ya
nos tocó vivir.
Llueve… pero escampa
Gracias por mostrarle la realidad de este pais de una forma elegante, atrevida. Quitar la venda de los ojos a muchos para que despierten.........
ResponderEliminarmuy bueno tu analisis profesor. exito...!!!
ResponderEliminar