jueves, 2 de abril de 2015

Aún hay que descubrir a los Judas

Miguel Yilales
@yilales
Cada quien decide como lo recordará la historia, porque si de algo sirve esta es para saber lo qué vivimos y cómo lo hicimos, quiénes formaron nuestro pasado y cuánto se equivocaron.
Hace algún tiempo uno de esos eruditos que se creen conocedores de todo y que fue adorado (aún hay quienes se babean por él) por los ñángaras del continente, propuso que la historia lo absolvería como si se tratase de un tribunal, cuando la realidad es que el único tribunal que lo juzgará es la Corte Celestial, y por sus ejecutorias es dudoso que llegue a esa instancia, y sea enviado directo al mismo círculo en que, según Alighieri, se encuentran sus camaradas, muy cercano al centro donde está el traidor mayor: Satanás.
Creo que nadie, en su sano juicio, quiere ser recordado por traidor o por incapaz. En nuestra historia hay personajes que hubiesen deseado otro tipo de muerte, histórica y política, que la que les tocó vivir, pero no fue así, es más hay personajes que estuvieron predestinados a dirigir los destinos del país, pero que en realidad solo les tocó, hacer un papel secundario para los historiadores.
Hablar de un popular caudillo venezolano, diputado, candidato presidencial, preso y sacado de la cárcel para que apoyar la proclama contra la invasión insolente pudiera generar dudas si se trata de alguno de los presos políticos del siglo XXI, pero nos referimos a ese general llamado “El Mocho” Hernández que muy pocos conocen y muchos menos recuerdan hoy.

No solo ocurre en esta Tierra de Gracia

Nadie creerá que a Mao Zedong le hubiese gustado ser rememorado como el propulsor del Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural, momentos en el que su poder alcanzó las cotas máximas al desarrollarse un intenso culto a la personalidad en torno a su figura pero bañado por la sangre de 35 millones de chinos o a Bill Clinton que a pesar de la recuperación económica alcanzada durante su mandato en los Estados Unidos, la gente al oír su nombre piense en habanos, pasantes y actos impropios.
Todo esto viene a colación porque nadie puede pensar que una administración tan deficiente como la que nos ha tocado vivir en estos 16 años haya sido planificada adrede así, aunque por las corrientes ideológicas escogidas se suponía estaban predestinados al desengaño, porque nadie que ejecute lo mismo por lo que fracasaron sus antecesores puede aspirar al éxito.
Lo lamentable es que hay personajes que al estar en la oposición solo desean llegar a los cargos públicos para ser evocados por su gestión, los cambios que generaron y la pulcritud en el manejo de la cosa pública, aunque al final las corruptelas, la ineficiencia y la ineficacia sean el leitmotiv de sus gestiones, como nos ocurrió a los venezolanos que cambiamos populismo con más populismo, socialismo con más socialismo, corruptelas de la IV con podredumbres de la V, porque el socialismo militarista del Siglo XXI es lo más decrépito, decadente y ruinoso de la democracia civil.
Sabemos que estos grises personajes, que abundan en el régimen y que pululan en la oposición, existen porque respiran, declaran porque hablan y los vemos porque salen a la calle a buscar votos, simplemente desaparecerán de la vida política del país cuando los manuales protocolares sean actualizados para mencionar a quienes los sustituyeron, y de eso saben mucho los políticos y los militares que reciben lisonjas mientras tienen el poder y hasta el día que les toca entregar el poder a sus sucesores.

Menos Carujo y más Vargas

Lo verdaderamente lamentable es que a estas alturas luego de tanto desacierto socialista, las propuestas del sector opositor es que ellos si representan al socialismo real, con lo cual demuestra que ni siquiera tienen idea de que es lo que proponen como solución a este esperpento que nos ha desgobernado por más de tres lustros.
Cuando se aspira que frente al autoritarismo se tenga más participación y que de cara al despotismo poco instruido haya más ilustración, se necesitan que surjan hombres justos como Vargas ante la proliferación de los “Carujos” de la revolución bolivariana y que frente a los diputados saltimbanquis que trepidan por las bravuconadas de militares de poca monta salgan nuevos émulos de Fermín Toro que prefieran la muerte antes que la prostitución practicada por algunos opositores, mientras tenemos que descubrir a tantos Judas Iscariote que, ocultos tras una mantilla opositora, son más y peor de lo que ya nos tocó vivir.

Llueve… pero escampa

2 comentarios:

  1. Gracias por mostrarle la realidad de este pais de una forma elegante, atrevida. Quitar la venda de los ojos a muchos para que despierten.........

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  2. muy bueno tu analisis profesor. exito...!!!

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