sábado, 3 de octubre de 2015

Un régimen de pusilánimes

Por Miguel Yilales
@yilales
Nunca se imaginó el humorista Claudio Nazoa (@claudionazoa), luego que hizo el comercial en 1998 donde parodiaba a un político en campaña electoral, que terminaría, por culpa de quien ganó las elecciones, pareciéndose a los políticos de la V en eso de pedirle a los demás lo imposible.
Resulta que lo que Claudio recomendaba como parte de su cruzada alimenticia (primero comer sardina y tiempo después comer huevos) se convertiría en un lujo como si se tratase de caviar, mero o cordero, todo por obra de unos desalmados capaces de transmutar las riquezas venezolanas en excremento, es decir, una especie de Rey Midas al revés.
Por supuesto en aquel momento nadie podría creer que en algún momento terminaría cancelando por un cartón de huevos más de un millón de bolívares de los de entonces (un mil bolívares) o que una simple latica de sardinas equivaldría a más de 15 posturas de gallina.
Por eso es que no desestimo nada de lo planteado por los diferentes mamarrachos revolucionarios que hacen vida en esta tiranía y que son capaces de pedir a los demás la inmolación para ellos subsistir, no vaya a ser que terminen convertidas en realidad, en especial si aparecen en los distintos medios de comunicación libres e independientes, es decir, las redes sociales (los otros están amordazados, censurados o amenazados).

Piedras y dólares como arroz

El gobernador del estado Bolívar comenzó el desiderátum rogando a los seguidores del chavismo para que no se molestaran por la escasez de alimentos, la inflación o el alto costo de la vida y que fuesen como él: disciplinados y buenos soldados al servicio de este esperpento llamado socialismo del siglo XXI, capaces de seguir la dieta más rigurosa a base de piedras, arena y, agrego yo, cabillas.
Es que uno se imagina al enjuto y enclenque mandatario regional, general revolucionario y conspirador por naturaleza, sentado en su pent-house de Puerto Ordaz (el despacha desde esa ciudad y no desde la capital de la entidad) como lanza en una sartén unas pocas piedras en lugar de huevos, aderezadas con algunos palos que reemplacen las tocinetas y arenas del Orinoco que sirvan como condimentos.
Como si eso no hubiese producido suficiente indignación, en especial en un pueblo que pasa hambre, salió un insigne economista con supuestos estudios en gerencia, administración gerencial, locución y música en Estados Unidos, Canadá, Puerto Rico, Chile y Aruba (hay que peguntarse si estudió o se copió) a decir que la bonanza económica que vive el país es gracias al control cambiario y que la especulación cambiaria obedecía a la malvada oposición venezolana, ya que los dólares baratos, esos que mientan CADIVI, viajero o SIMADI, están a la disposición de todos, aunque todos signifique: camaradas boliburgueses con los que se hacen negocios especulativos.
Aunque la guinda de la semana se la llevó un conductor, émulo de Fürtwagler y Herbert von Karajan, verdaderos directores de orquesta que decidieron quedarse en la Alemania nacionalsocialista porque les parecía normal la persecución a otros músicos, artistas y compositores, me imagino que para no dañar “el sistema” que representaba Wagner.

Callar y cobrar

Este personajillo que prefiere “callar y cobrar” en vez de “tocar y luchar”, pretendió “pasar agachado” (imperdonable en un juego de dominó y más en la política) al señalar que él no es lo que todos creen, que sus lisonjas son solo una actuación, que cuando lo traen al país cobra para que no se vea que regala su trabajo como si fuese un militante y que todo es en beneficio de ese modelo de tiranía que es “El Sistema” (a la KGB la llamaban “El Centro” y todos sabemos cómo actuaba en pro de los soviéticos).
Es que lo de las largas colas de la esperanza para ver que se consigue, las redes sociales que indican donde hay lo que está desaparecido de los anaqueles o las ausencias laborales que se han vuelto el pan nuestro de cada día son producto de la imaginación, el que a usted no le alcance el dinero es una ilusión porque en realidad usted está mejor aunque aun no lo sepa y que lo mejor que puede hacer para ser feliz es hacerse el loco.
Si a usted le gustan y saborea las piedras, piensa que tenemos una boyante, solida y solvente economía o que la ausencia de principios justificará su actuación, entonces cállese, no se queje, alábelos, absténgase o vote por los chavistas (que es lo mismo), para que se mantenga este proceso dirigido por pusilánimes.

Llueve… pero escampa

1 comentario:

  1. El susodicho y Sra. tienen a su disposición Chef personales, imagino que especializado en piedras

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