domingo, 15 de noviembre de 2015

No es harina, es polvo de otro costal

Por Miguel Yilales
@yilales
Cuando empezaba a escribir estas líneas, tuve que dejar de teclear para ver como la barbarie daba un duro golpe a la civilización. Nuevamente un hecho terrorista ensangrentó al mundo y los grupos radicales, que quieren imponer sus razones a los demás por medio de la tortura y asesinato de inocentes, que ejecutan extrajudicialmente a sus prisioneros a través de juicios populares y que usan bombas y granadas fragmentarias para intimidar, se anotaron otro punto.
Es que todos los fundamentalistas en el mundo, en oriente y en occidente, piensan y actúan igual. Sus mecanismos son los mismos, los apliquen las FARC-EP, Al Quaeda, Hezbollah o ISIS (que aspiran el poder) o quienes ya lo han hecho (Bashar al-Asad, Robert Mugabe, Hugo Chávez y ahora su heredero).
Es que la dominación por el terror, la sucesión de actos de violencia ejecutados para infundirlo y la actuación criminal de bandas organizadas para crear alarma social con fines políticos, son monstruosas se apliquen al margen de la ley o amparados en la manipulación de ella.
Por supuesto que ante este escenario los laboratorios de las teorías conspirativas ya pusieron a rodar la especie de que fue el propio gobierno francés (asesorado, cuando no, por los malucos gringos) quien reeditó el atentado al World Trade Center en Nueva York.

Ni la Luna, ni holocausto

Estos expertos en conjuras siempre han sostenido, que así como Estados Unidos nunca llegó a la Luna, el holocausto fue una invención de los judíos para quedarse con un territorio que nos le pertenece y que fue el demonio Bush (el júnior, no porque digan que el sénior fue un santo) quien mandó los aviones y colocó bombas que destruyeron el símbolo emblemático de la economía mundial para justificar la guerra contra el terrorismo, Al Quaeda, Osaba Bin Laden, Afganistán, Irak y Libia, y quedarse con todo el petróleo de estos últimos países.
Llegado a este punto parece que trabajase en VTV y estuviese relatando los editoriales del Canal de Todos los Venezolanos en las voces de: un maracucho que cree filosofar y raya en lo ridículo; un toxicómano, obeso y mal hablado que, aspira y espera, las líneas que de Miraflores le mandan; un psiquiatra que parece estar bajo el efecto de algún psicotrópico; un teniente-capitán que se carcome en su propia bilis porque alguien se fumó una lumpia (Aristóbulo dixit) al no escogerlo a él y un turista que ha viajado 34 veces este año (Juan Pablo II en su pontificado hizo 104) y que se ha visto envuelto en algo relacionado con flores, no por el apellido de su cónyuge, sino por sus familiares por afinidad (un nexo que no se disuelve ni con el divorcio).
En la misma línea especulativa, porque lo que es bueno para el pavo debe serlo para la pava, me pregunto ¿Quiénes son los granes beneficiarios de los atentados en París que ISIS (quien por cierto comparte los mismos ideales antiimperialistas del gobierno chavista) se atribuyó?
Nicolás Maduro muy dado a ver la paja en los ojos de los demás pero muy miope para las vigas en los de él, estaba necesitado de un escándalo que lo sacara del ojo del huracán informativo y nada más apropiado que un atentado terrorista.

Amigos, socios y terroristas

Su entorno presidencial, a través de algún gobernador, defensor o diputado con apellido y algunos nexos, pudo haber contactado a algún grupo extremista de los que pululan en el mundo, para que, en retribución a lo invertido en campos de entrenamiento, alojamiento, becas para estudio y refugio de combatientes, le dieran una ayudadita, mientras el viajero frecuente echaba un pie al ritmo de la gaita.
En Venezuela vivimos todos los días bajo un conflicto (pacífico pero armado) en el que mueren, cada fin de semana, más personas que las caídas en los atentados de París y el mundo ni se inmuta, padecemos a un gobierno que instauró el terror para mantenerse en el poder y tenemos una familia que se encharca en su propia miasma cuando quieren hacernos creer que los negociantes no eran tales, que cualquiera puede tener el apellido Flores (vean la nómina del Parlamento cuando Cilia lo dirigía) y que todo es la confabulación interplanetaria para afectar la gobernabilidad, como si su gestión no fuese suficiente.
Los días, las horas, los minutos y los segundos están contados, aunque personajes como Noriega creían que con los gringos los negocios eran negocios, aunque para ellos lo de conspirar para introducir esa “harina” fuese polvo de otro costal.

Llueve… pero escampa

3 comentarios:

  1. Excelente Miguel, ese salto del "Caldas" al academicismo da que pensar en el destino.. Gracias por estos escritos compañero.

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  2. Profesor Yilales: EXCELENTE, como siempre, se le recuerda desde Barquisimeto. Lizzet Jimenez.

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