lunes, 7 de diciembre de 2015

El primer día sin lluvia

Por Miguel Yilales
@yilales
Un gigante siempre cree que es invencible. Enfrentar a un ser corpulento y con todo el poder, que poseía escoltas para que le protegieran a sol y sombras, que era secundado por todo un ejército con el que amenazaba a sus adversarios, que se decía pacífico sí se rendían a su invasión pero amenazaba con una espada, una lanza y un mazo en la mano y que era especialista en mantener un asedio que incluyera burlas y vejámenes diarios, parecía una locura y aunque alguien pudiera inferir que hablo de algún personajillo criollo, no me estoy refiriendo a quienes se creen gigantes porque los rodean unos enanos (mentales) sino a los auténticos.
Relata el Libro de libros que un joven predestinado a gobernar derrotó a Goliat armado con una honda y una piedra y sí algo se parece a eso es la épica victoria que obtuvo la oposición este 6D cuando se convirtió en un David para derrotar a un Estado gigantesco y todopoderoso. En un país en el que se había perdido la institucionalidad hacía tiempo parecía imposible vencer al gobierno, primero por ser uno de los más tiránicos que ha llegado al poder y segundo porque ilusionaron a un pueblo al ofrecer, de forma engañosa, que cambiarían las cosas para mejor.
He escrito durante mucho tiempo que después del chaparrón, el aguacero o el chubasco escamparía, siempre me preguntaban cuando ocurriría eso y les digo, con toda certeza, que escampó, aunque volverá a llover porque aún hay tareas pendientes con eso que mientan el Socialismo del Siglo XXI.

Abusa que algo queda

La realidad fue que con Chávez, primero, y con Maduro, después, lo que nos ha tocado vivir se parecía al Diluvio Universal, con la diferencia de que los boliburgueses son los únicos que abordaron el Arca, disfrazados de animales (aunque estos son más nobles) para pasar desapercibidos mientras se enriquecían robando, birlando y despojando a los que inocentemente creyeron en ellos mientras sembraban la esperanza entre los que todavía flotaban, porque el próximo les podía tocar.
Luego de tanta agua que ha caído: los errores de la oposición, los diversos caminos recorridos, las adversidades sufridas y los obstáculos que nos ha tocado sortear, el Sol salió y se ha visto cristalizada una esperanza.
Las aguas no han bajado, por el contrario ahí están, y por el discurso de reconocimiento de la derrota por parte de Nicolás Maduro y las palabras del jefe de campaña Jorge Rodríguez, quien por cierto abandonó el cargo de alcalde de Caracas hace mucho tiempo, aún se sienten con poder para bravuconadas porque están a bordo de un buque aunque este haga aguas y se hunda. Lo que no logran visualizar es que cuando un buque se mantiene a flote las ratas pueden deambular por las sentinas (lugar oscuro sobre la quilla donde se reúnen las aguas sucias) pero al presentir el peligro de morir ahogadas son las primeras en abandonar y esa deserción ya comenzó aunque no se percaten de ello.
El camino a recorrer no es fácil. La tiranía castrocomunista sigue al frente del poder ejecutivo, tienen el control de los tribunales que hasta ahora se han comportado sumisos al presidente anterior y su heredero, mantienen un ministerio electoral que hay que convertir en el árbitro imparcial que no es y tenemos a un poder que debiera ser moral pero que su comportamiento es amoral.

Un salvavidas es una esperanza

Debemos entender que todavía hay muchos demonios sueltos en la propia oposición. Me refiero a los que tienen la convicción de que las teorías conspirativas son ciertas y que los cubanos planificaron que la oposición ganara para generar una ilusión de democracia; los eunucos que están convencidos y quieren convencer a los que interactúan con ellos en las redes sociales que todo es fraudulento pero no proponen nada; los que tienen contactos con los verdes, los blancos, los azules y los carrubios para que ejerzan el monopolio de la violencia, lideren una salida por la fuerza e impongan la solución militar como si no tuviésemos 17 años bajo una bota que desconoce debe estar supeditada al poder civil.
La tarea no es fácil, es más apenas comienza. La mayoría de los venezolanos apostaron por cambiar de buque antes que se hundiera, de rumbo antes que encallásemos y, más temprano que tarde, de timonel porque el que está no sabe leer, por supuesto que me refiero a la brújula. Hoy disfrutamos un claro amanecer, un día sin lluvia y que aunque pueda volver a llover tenemos la certeza de que escampa.

Llueve… pero escampa

3 comentarios:

  1. El malo siempre teme perder, el bueno no, ya que lo ha hecho bastante veces, perdieron todo principio sin importales nada ni nadie solo ellos, el pueblo dio al fin señales de madurez e inteligencia. lo felicito por su articulo profesor Yilales

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  2. Excelente Miguel. Aunque yo creo que ellos tienen la carta bajo la manga con Habilitante Nicolas se lleve por el pico o de un plumazo a la AN pidiendo su renuncia si aqui se impone la escasez mayor y por ende violencia. Enero a partir del 5 /2016 clave para el pais! Supongo que Oposicion debe haberlo contemplado no es Disney.

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