Por Miguel Yilales
@yilales
Sé donde nací, imposible que lo recuerde pero mis padres me
lo contaron y cuando fui presentado en el municipio San Simón, en Maturín, en
el estado Monagas así quedó asentado en mi partida de nacimiento.
Mi papá fue pionero del periodismo monaguense, nos inculcó
valores sobre la familia, la constancia y la perseverancia. Él era oriundo de
un caserío a la entrada de la capital del estado Monagas, con sus casas de
bahareque y sus pisos de tierra, con sus olores a merey y sus sabores a jalea
de mango, nunca aceptó que dijeran que era de Maturín y orgulloso aclaraba que
había nacido en El Corozo; y mi mamá que nació en Maracaibo, no digo marabina,
maracucha o maracaibera para no herir susceptibilidades con el gentilicio,
tempranamente se la llevaron a Caracas, tampoco renegó de su origen y por el
contrario nos enseño a comer mandocas con queso, plátanos maduros, bollos
pelones y patacones rellenos.
Creo que no debe haber peor cosa que tener que ocultar tu
origen, no poder contarle a tus amigos y compañeros con orgullo sobre tus
padres, quienes eran, como levantaron la familia, cuáles fueron sus logros,
además tener que renegar de ellos, ocultarlos con un velo que los minimice y
preferir ser un paria familiar sin parientes consanguíneos o por afinidad. El
dicho popular dice que el que le pega a su familia se arruina, ahora imaginen
lo que le debe ocurrir a quien abjura de sus familiares, su gentilicio y sus
orígenes: las plagas de Egipto mezcladas con las maldiciones de Tutankamón, los
Romanov y los Kennedy.
Todos los caminos
Eso es lo que debe estar sintiendo el heredero del cadáver
insepulto que al no poder demostrar cuáles son sus orígenes, le ha dado por
inventar y fantasear sobre los lugares donde a él le hubiese gustado nacer y
por eso ha puesto a ese espurio bufete de abogados que es el máximo órgano de
injusticia en Venezuela a que actuasen como comadronas y le pariesen una
sentencia que diera por zanjado su origen, su nacionalidad y cualquier vacilación
al respecto.
Pero cuando se designan como magistrados a doctores “chimbines”,
personajes sin carrera judicial, tipejos con escasa o ninguna experiencia en la
docencia de leyes, códigos y normas o adefesios con postgrados exprés conferidos
por el ñangarato español, da como resultado que lo que se pretendía aclarar
terminó por corroborar lo que era un secreto a voces: que la inexistente y
atesorada partida de nacimiento dice otra cosa y que se han inventado unos
folios garabateados con los que pretenden meternos gato por liebre.
Por supuesto todo ese esfuerzo tuvo el único propósito de obstaculizar,
una de las muchas vías intentadas por los venezolanos (el anulado revocatorio, la
obstaculizada enmienda, la innegable responsabilidad política y, ahora, el indudable
abandono del cargo) para cristalizar lo que la mayoría clama: que no sigan al
frente de los destinos del país quienes han demostrado incapacidad para hacerlo;
que desalojen las instancias del poder quienes desconocen cuáles son sus
responsabilidades; que salgan de Miraflores quienes instauraron el narcotráfico
como negocio gubernamental y familiar o permitieron la insolente invasión de
cubanos en el suelo patrio y que entregue el cargo quien abunda en escasez de
ideas sobre cómo corregir los desaguisados, desatinos y penurias a las que nos condujeron
él, su predecesor y este rancho llamado Socialismo del Siglo XXI.
La peor casta de
delincuentes
Lo deseable es una salida política que nos permita recuperar
el tiempo perdido y que, por fin, entremos a la presente centuria, que dejemos
de ser el hazmerreir del continente al tener las mayores reservas petroleras
pero con los peores indicadores y expectativas económicas, que no sigamos
amparando al narcotráfico internacional ni sirviendo de cobijo a los marxistas subversivos
del continente y que dejemos de desestabilizar a los gobiernos democráticos con
el cuento de la exportación de un modelo que solo ha traído miserias y
desgracias.
Nuevamente cobra vigencia la expresión de Bill Clinton
cuando en plena campaña electoral le decía estúpido a George Bush porque no
entendía que el problema de los norteamericanos era la economía, en nuestro
caso habría que parafrasearla para explicarle a los estúpidos en el poder que
el quid del asunto es la partida, pero no la de nacimiento (que facilitaría las
cosas), sino la partida de la peor casta de delincuentes que ha pasado por
Miraflores.
Llueve… pero escampa
La FAN de hoy una institución(en minúscula) que hoy sufre el Karma de ser dirigida por alguien nacido en la rivera más indeseable para ellos. Hoy liderizada por hombres que demuestran con hechos que sus intereses estan por encima de la constitución y las leyes de la república
ResponderEliminarHermano, excelente historia de nuestra realidad. Ciertamente deberá haber una partida de esta cuerda de parias, más temprano que tarde; para asi poder recuperar nuestro bello país. Un abrazo
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