Miguel Yilales
@yilales
Hace un año les deseaba a mis lectores “Un venturoso 2015”,
en especial porque en Venezuela se vislumbraba un porvenir nada optimista para
el 2014.
De haber sabido que predecir el futuro, aunque deseaba
equivocarme de plano a plano, era algo tan fácil me hubiese puesto a competir
con Hermes, Aisha, Adriana Azzi o Eddy Montilla para adivinarlo, claro
trataría de ser un poco más preciso que un supuesto profeta americano que
pronostica para el 2015 un panorama conflictivo y de mucho sufrimiento para
esta tierra en desgracia, como sí eso no lo supiera hasta el más lerdo, a menos
que esté en el poder, que parece los hace sordos y ciegos ante lo que se
avecina.
Y es que pronosticar mirando los astros, lanzando los
caracoles, leyendo el tabaco o la borra de café no es algo en lo que aspire a
incursionar, pero profetizar el futuro de un país conociendo los antecedentes y
los indicadores es, como dirían los norteamericanos, a piece of cake, por lo que puedo asegurar que lo que viene es
joropo sin alpargatas.
Adivina, adivinador
Sabemos que el próximo año tendremos elecciones
parlamentarias y que el oficialismo continuará con el fraude continuado a que
nos tiene acostumbrado: el día de las elecciones el CNE emitirá una prórroga,
en ese momento saldrá una gente, que los captahuellas no identificarán pero que
votarán; nuevamente modificarán los circuitos electorales; habrá peculado de uso
en la campaña electoral; nos calaremos la bendita baranda esperando los
resultados y seguramente nos volverán a defraudar con algún chanchullo.
En cuanto a la justicia bolivariana nada nuevo que esperar,
esta seguirá actuando solo a favor de los miembros del PSUV, ahora más cuando
sus magistrados deberán proceder, no como se representa la justicia desde el
siglo XV con una venda en los ojos, una balanza y una espada, sino con los ojos
abiertos según las instrucciones dadas por el capo de la Asamblea Nacional el
día que juramentó a los “magistrados mayoría simple” que ahora integran el
máximo tribunal de la nación.
En lo que concierne a la política, esta estará sin timonel y
sin rumbo, ya que el propio jefe del ejecutivo decidió delegar esa nimiedad en
todos sus ministros, mientras él se dedica a enfrentar la guerra económica, lo
cual pareciera una irresponsabilidad mayúscula, no porque no sepa de economía
(que no sabe), ni tampoco por que no sea su responsabilidad (que creo
desconoce) sino porque esa guerra fue anunciada en noviembre de 2013 y es ahora
para el 2015 que se va a dedicar al tema.
Con respecto al discurso este se mostrará más errático, no
porque alguna vez haya tenido coherencia sino porque al reactivarse las
relaciones entre Estados Unidos y Cuba, se acabará el discurso majadero y trillado
que siempre ha usado la izquierda latinoamericana para encontrar en el vecino
del norte las culpas de nuestras incapacidades, como si el despilfarro de más
de un millón de millones de dólares, la corrupción, las expropiaciones, la
falta de producción o la destrucción de PDVSA hubiese sido ocasionada por el
Imperio, a menos que nos vayan a decir ahora que el "huésped de la montaña" era
un agente de la CIA, infiltrado para destruir el país y nuestra economía, como
lo fueron en un principio Noriega o Husseim.
Sigue la tempestad
Sí de los derechos humanos se trata veremos cómo continuarán
las violaciones, que según el rojo poder inmoral (no fue moral su designación),
no existen, con lo cual los 3 monitos no actuarán contra estos crímenes porque
ellos están ahí para contribuir con un estado chavista, revolucionario y
antiimperialista.
La oposición pasará los primeros meses del año dilucidando
si se debe escoger a los candidatos a diputados por primarias o por consenso,
luego cuanta es la cuota que les corresponde a cada uno de los partidos, para
finalmente presentar los mismos nombres de siempre, algunas personas sin
experiencia o sin convicciones que se pegarán al mejor postor y que en el peor
de los casos saltarán la talanquera o no asistirán a las sesiones, con lo cual
escribirá otra página sobre lo que no hay que hacer para sacar a unos
autócratas.
Quisiera creer que los venezolanos despertaremos y empezaremos
a actuar como ciudadanos, con deberes que importen tanto como los derechos, mientras
tanto no me queda más que seguir deseando un venturoso 2015, aunque soplen
vientos que anuncien tempestades difíciles capear, y que Dios nos agarre
confesados.
Llueve… pero escampa
Feliz Año 2015.... apostemos por un mejor país un abrazo amigo
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