Por Miguel Yilales
@yilales
El estado de emergencia o de excepción no es un invento de
la constitución de 1999, ni el chavismo descubrió el agua tibia con ellos. Más
bien es un principio jurídico medieval derivado de una frase en latín «Exceptio probat regulam in casibus non
exceptis», es decir, «la excepción confirma la regla en los casos no
exceptuados», cuyo significado es que sí existe una excepción, debe existir una
regla para la que se aplica dicha excepción.
Un estado de emergencia está para dictarse, generalmente, en
caso de perturbación de la paz o del orden interno de un Estado, ya sea a
consecuencia de catástrofes, brotes de enfermedades contagiosas, graves
circunstancias políticas o civiles que afectan o impidan la vida normal del
país. Eso es la regla en todas partes menos en Venezuela.
Nicolás Maduro ¿Comandante en jefe? |
Cuando en 1999 ocurrió una catástrofe no decretaron la
alerta; ahora que la calamidad es la ineptitud gubernamental, pretenden imponer
a cal y canto, una emergencia por una supuesta guerra económica que han perdido
en todos los frentes de batalla (inflación, estancamiento, productividad, políticas
monetarias y pérdida del poder adquisitivo) y, por si fuese poco, amenazan con
decretar el estado de conmoción, como si ya no la viviésemos desde que se
instauró el Socialismo del Siglo XXI.
El Dúo Dinámico de la revolución
Miliciano con armamento de última generación |
Frente a la supuesta amenaza yanqui, que ojalá la enfrente
mejor que a la guerra económica porque si no nos espera una capitulación más
expedita que la de Saddam Husseim con su medio millón de combatientes y toda la
chatarra rusa y china que poseía, Maduro ordenó realizar ejercicios militares en
los que movilizó, al ritmo de la guaracha de Billos, tanques, cañones, aviones,
barcos y milicianos.
Miliciano para hacer correr a los marines |
Es que uno se imagina a los gringos del cuerpo de marines y
del ejército norteamericano, que es la amenaza anunciada por el Dúo Dinámico de
la revolución: Maduro y Diosdado (el orden de los factores no altera el
producto), apurados para poner pies en polvorosa cuando se les plante enfrente
alguno de los robustos generales bolivarianos con botella de güisqui en mano y al
mando de soldados famélicos (aquí ya no se hacen las tres comidas) o de unos combatientes,
con un fusil al hombro, dignos de ser estudiados por la gerontología.
Asimismo Maduro jura que los pocos F-16 que quedan, los
Sukhoi que no se han caído y los K8 chinos van a hacer huir a los 5 mil aviones
de la Fuerza Aérea gringa y las mil aeronaves desplegadas en los 10 portaviones
en servicio o que las fragatas (que no hayan encallado, como la que dejaron en
Brasil) y los 2 submarinos (que están en servicio desde 1976) son suficientes
para hacer morder el polvo a 10 portaaviones, 22 cruceros, 62 destructores, 10
fragatas, 29 buques de desembarco anfibio y 72 submarinos nucleares.
Lealtad al mejor
postor
Malandros con o sin uniforme |
Esa fuerza militar que se envalentona para atacar a
ciudadanos pacíficos que ejercen el derecho a protestar, es la misma que le ha
permitido al hampa gobernar la principal base militar en Caracas: Fuerte Tiuna,
que le jura lealtad a Nicolás y que pretende actuar, entre bambalinas, como un partido
militar, presto para conducirse, según el mejor postor, a favor o en contra del
gobierno de turno.
En 1945 a Medina Angarita se le quedó vacío el Cuartel San
Carlos; a Rómulo Gallegos ya sabemos lo qué le pasó; a Pérez Jiménez lo
idolatraban hasta que salió en la Vaca Sagrada; contra el otro Rómulo se alzaron
en Carúpano, Barcelona y Puerto Cabello; con Carlos Andrés Pérez todos eran
leales hasta que unos pocos dejaron de serlo (1992) y a Chávez lo desconocieron
por irresponsable y majadero.
Estos son los mismos militares de donde salieron Alcalá
Cordones y Rodríguez Torres, personajes en quienes Nicolás Maduro tenía plena
confianza (hoy cree traidores porque fueron abducidos por extraterrestres) y no
entiende que zamuro no cuida carne así sea de cabra, becerro o burro.
Llueve… pero escampa
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